El Barça afronta un escenario complicado con uno de sus jugadores, cuya salida sería clave para aliviar la masa salarial. El club necesita liberar espacio económico y considera que esta venta es prioritaria, pero el mercado no ha respondido como se esperaba.
El problema radica en que no hay interés real por parte de otros equipos ni él ha querido salir. La situación se agrava porque ya se cuenta con un sustituto y, aun así, no se ha podido encontrar un acuerdo que permita darle salida.
Ter Stegen, en el centro del escenario
Ese jugador es Marc-André ter Stegen. El guardameta alemán está lesionado y estará cuatro meses de baja tras operarse de la espalda, lo que ha frenado cualquier posibilidad de traspaso. A pesar de ello, el club esperaba que pudiera aceptar una salida, especialmente después de que se confirmara que Joan García será el titular.

Ter Stegen, sin embargo, no ha querido moverse. Su contrato y su situación personal han hecho que rechace cualquier posibilidad de dejar el club este verano. Para el Barça, esta decisión complica la gestión de la plantilla, ya que Joan García no solo es el portero de presente, sino también la apuesta de futuro.
Sin ofertas en el mercado
A todo esto se suma que Ter Stegen no ha recibido ofertas concretas, ni siquiera de clubes que, en teoría, necesitaban reforzar la portería. El caso más llamativo es el del PSG, que se encontraba en la búsqueda de un guardameta tras apartar a Gianluigi Donnarumma.
En el Barça existía la esperanza de que el PSG pudiera presentar una propuesta, dado que Ter Stegen es un portero contrastado, con experiencia en Champions y un alto nivel competitivo. Sin embargo, esa llamada nunca llegó, dejando al alemán sin opciones inmediatas para cambiar de aires.
El PSG se decanta por Chevalier
Finalmente, el PSG ha optado por otra vía. El club parisino ha fichado a Lucas Chevalier, guardameta procedente del Lille, en una operación que busca asegurar un proyecto de futuro. Chevalier, a pesar de no estar tan contrastado como Ter Stegen, ha sido la apuesta de Luis Enrique y de la dirección deportiva del PSG para la portería.
Este movimiento deja a Ter Stegen sin alternativas claras y al Barça con un problema por resolver. La continuidad del alemán implica mantener un salario elevado en un jugador que no será titular, lo que limita las maniobras en el mercado.