Ansu Fati no logra escapar de la pesadilla que arrastra desde hace varias temporadas. El delantero, cedido por el Barça al Mónaco, sigue sin estrenarse en la Ligue 1. Y mientras tanto, en Barcelona empiezan a crecer las dudas sobre su verdadero futuro profesional.
El conjunto del Principado vive un inicio ilusionante, con victorias que lo mantienen en la zona alta de la tabla. Sin embargo, la cara negativa es el rol testimonial del atacante hispanoguineano. El jugador no entra en los planes inmediatos de su nuevo entrenador y acumula semanas sin participar.
Un calvario que no cesa
La situación recuerda demasiado a lo vivido en el Camp Nou durante la última etapa. Allí, Hansi Flick terminó descartándolo de manera sistemática, obligando a buscar una cesión que le diera oportunidades. El Mónaco fue el destino elegido, pero de momento las expectativas han quedado muy lejos de cumplirse.
Ansu no solo ha quedado fuera de la titularidad, sino también de varias convocatorias en este arranque liguero. Son ya tres jornadas de Ligue 1 y ocho amistosos de pretemporada sin rastro del delantero. En el club monegasco explican que se trata de una decisión pactada y con un plan específico.
El objetivo es claro: recuperar al futbolista desde el punto de vista físico y mental antes de competir. Nadie quiere correr riesgos con un jugador marcado por las lesiones y la falta de continuidad. Pero la paciencia empieza a desgastar a una afición que esperaba más de un fichaje de tanto nombre.
Un plan de recuperación a medida
Según fuentes del Principado, Ansu está siguiendo un programa individualizado diseñado por el cuerpo técnico y médico. La idea es que llegue a la reanudación tras el parón de selecciones en mejores condiciones. El duelo contra el Auxerre, tras el descanso internacional, aparece como una posible fecha de estreno.
La temporada pasada, el atacante apenas dispuso de 298 minutos en competiciones oficiales. Ahora, la intención es que vuelva a sentirse importante de manera progresiva y sin precipitar etapas. Sin embargo, el tiempo corre y la presión aumenta tanto en Mónaco como en Barcelona.
En la directiva culé hay preocupación por la falta de continuidad de uno de sus grandes talentos. El jugador, que debutó con apenas 16 años, parecía destinado a liderar una nueva era. Pero las lesiones y la pérdida de confianza han cambiado por completo su trayectoria.
Preocupación en Barcelona
Lo que más inquieta en el Barça no es solo la falta de minutos, sino el riesgo de estancamiento. La cesión debía servir como una plataforma para recuperar confianza, pero el escenario se ha torcido rápidamente. Y si la situación no cambia, el club podría replantear su futuro más pronto de lo esperado.
En este punto entra en juego el mercado de invierno, donde todo vuelve a estar abierto. El Barça observa de cerca, sabiendo que la cesión puede cortarse si no hay progreso. Y algunos clubes de Europa ya se plantean su incorporación en caso de que la relación con el Mónaco fracase.
En el entorno del futbolista hay temor de que su aventura en Francia no llegue a buen puerto. El plan de recuperación puede funcionar, pero el tiempo y la presión mediática son enemigos claros. Y si no logra consolidarse, un nuevo cambio de destino en enero podría ser inevitable.
En Barcelona temen que, si no encuentra continuidad, Ansu Fati se vea obligado a buscar salida hacia la Premier League, donde ya hay clubes atentos a su situación. Su futuro vuelve a estar en el aire y el Barça empieza a asumir que todo puede romperse de nuevo.