El FC Barcelona ha cerrado a Rashford, pero no da por concluida su revolución ofensiva este verano. Hansi Flick sigue insistiendo en incorporar un extremo puro, desequilibrante y con experiencia al máximo nivel. Desde hace semanas, el club rastrea opciones que puedan encajar en un contexto financiero todavía muy limitado.
Hasta ahora, ese perfil parecía inalcanzable debido a las restricciones presupuestarias que condicionan cada movimiento en el Camp Nou. Sin embargo, un giro inesperado en el Real Madrid ha cambiado por completo el tablero del mercado europeo. Rodrygo Goes, con un rol cada vez más reducido, podría dejar el Bernabéu en una operación millonaria.
El Liverpool ha irrumpido con fuerza y ya negocia su fichaje para reforzar el ataque tras la salida de Klopp. Anfield seduce al brasileño con la promesa de ser protagonista y con una oferta que superaría los 80 millones. Ese traspaso podría provocar un efecto dominó que altere los planes de varios grandes de Europa.

Un movimiento clave para el Barça
Con el dinero que recibiría por Rodrygo, el Liverpool planea reajustar su plantilla y liberar espacio en el frente ofensivo. Entre los nombres señalados para abandonar el club figura un jugador que el Barça lleva tiempo observando en silencio. Su situación interna no es dramática, pero podría cambiar si llega un nuevo fichaje top.
La dirección deportiva azulgrana ya ha contactado con su entorno para conocer su predisposición a salir este mismo verano. Y la respuesta ha sido positiva: el jugador valora muy bien la posibilidad de recalar en el Camp Nou. Su estilo encaja con lo que pide Flick, y su edad lo convierte en una pieza ideal a medio plazo.
Lo más complicado sigue siendo la fórmula económica, pero el Barça estudia una cesión con opción de compra obligatoria. Sería una operación similar a la de Joao Félix, pero con un perfil más completo y rendimiento más inmediato. Las conversaciones están avanzadas, pero dependen directamente del desenlace del caso Rodrygo.
Flick aprueba el perfil
El técnico alemán quiere jugadores que lleguen con hambre, jerarquía y capacidad de adaptarse desde el primer minuto. Este fichaje encajaría a la perfección: experiencia en grandes noches, regate en el uno contra uno y compromiso defensivo. En la plantilla actual no hay nadie con ese perfil tan marcado por la banda izquierda.
El club es consciente de que si quiere cerrar esta operación deberá hacer hueco sí o sí en el once. El overbooking ofensivo es evidente y hay que tomar decisiones importantes, incluso con fichajes recientes. Aunque no se trata de una venta forzada, todo apunta a un nombre que ya ha perdido protagonismo.
Ese nombre no es Ferran Torres, ni Raphinha, ni ningún joven que esté subiendo desde el filial. El jugador que puede salir si llega el nuevo refuerzo es Dani Olmo, cuya adaptación no ha sido la esperada. Flick ha trasladado internamente sus dudas y la dirección deportiva escucha propuestas para una posible salida.
El efecto dominó que ilusiona al Barça
La operación todavía está en fase de espera, pero todo está preparado para avanzar si Rodrygo pone rumbo a la Premier. En cuanto se cierre ese traspaso, el Liverpool acelerará su reestructuración ofensiva y abrirá la puerta al Barça. La afición culé, mientras tanto, sueña con un fichaje que hace semanas parecía fuera de alcance.
El entorno del jugador objetivo está presionando para que se resuelva cuanto antes, y el vestuario ya conoce el interés. Hay ilusión, hay necesidad y, sobre todo, hay voluntad del jugador por vestir de azulgrana esta temporada. Solo faltaba una pieza para que todo encajara… y esa pieza es el extremo del Real Madrid.
El nombre del refuerzo es un secreto a voces en la cúpula azulgrana, pero nadie quiere filtrarlo antes de tiempo. Porque no se trata de una promesa, sino de un futbolista contrastado en la Premier y en competiciones internacionales. Ese futbolista es Luis Díaz, y su llegada depende ahora de lo que ocurra con Rodrygo.
