Otra goleada, otra vez cinco goles. El Barça de Flick ha vuelto a reencontrarse con su mejor versión, una en la que arrolla por completo a sus rivales. Ya sucedió en la final de la Supercopa y ha vuelto a pasar en este partido de octavos.
El Betis no estuvo, simplemente intentó aguantar, pero sin éxito. Los de Pelligrini atraviesan un mal momento, necesitan mejorar si quieren aspirar a Europa. También es cierto que enfrente tenían al que, quizás, sea el equipo más en forma de la Liga o el que al menos mejor juega.
Intratables
El Barça está de dulce, como al inicio de la temporada, con un estilo arrollador. No tardó ni cinco minutos en abrir el marcador, Gavi ponia el 1-0 tras un buen disparo. El sevillano está de vuelta, recuperando su mejor nivel y demostrando que quiere ser titular.
Olmo, que volvía a la titularidad, tuvo el segundo, pero mandó el balón al palo.
No obstante, esto no freno al Barça, sino todo lo contrario porque buscaba más la puerta de Vieites. Antes de la media hora, Lamine se inventaba un pase fabuloso para Koundé y el francés batía al portugués para el 2-0. La conexión entre ambos cada vez es más fructífera, de hecho, el lateral marcó otro, pero se lo anularon por fuera de juego.
Raphinha y Lamine entrando por bandas, Pedri dirigiendo al equipo y Gavi haciendo números. El Betis no era capaz de sostener la ofensiva culé, no era capaz de salir desde atrás ni generar ataques.
Lamine es un fuera de serie
Viendo como había transcurrido la primera parte, Pellegrini metió un par de cambios, con la intención de cambiar la imagen de su equipo. Sin embargo, el Barça no solo iba a frenar sino que iba a meter tres marchas más. Antes de que se cumpliese la hora de partido, Raphinha hacía el 3-0 tras un jugadón de Lamine.
Flick metió varios cambios para dar descanso a sus jugadores, pero dejo en el campo al '19' para ver si conseguía su golito. Y lo hizo, tras haber anulado uno, la joven estrella azulgrana hacía el 4-0, firmando así otro espectacular partido. También iba a aprovechar sus minutos un Ferran, que tras un pase de De Jong, fusilaba al arquero bético.
El gol del honor verdiblanco lo iba a hacer Vitor Roque, con un penalti que a punto estuvo Iñaki Peña de pararlo. El resultado final, otra manita, la segunda consecutiva de un equipo que está lleno de confianza. Y que además, cuenta con una auténtica joya, uno de esos jugadores llamados a dejar huella en el mundo del fútbol.