Hans-Dieter Flick lleva una gran temporada con el Barça, el equipo azulgrana está vivo en todas las competiciones y parte de ello se debe a los métodos del estratega bávaro. Aunque el técnico alemán no está del todo satisfecho con el rendimiento de uno de los delanteros más experimentados del plantel. Cuyo nivel ha estado muy por debajo de lo esperado en la última temporada por los aficionados y el cuerpo técnico azulgrana.
Pese a su compromiso con el club y su actitud positiva en los entrenamientos, los números no acompañan. Lleva un año sin marcar goles ni repartir asistencias, una estadística muy preocupante para un jugador que, en teoría, debía ser referencia ofensiva. De hecho, su participación ha sido tan reducida que ha disputado menos minutos que Pau Víctor, exdelantero del filial.

A esta situación se suma un obstáculo económico bastante importante, su ficha alcanza los 14 millones de euros brutos anuales, una cifra que no se justifica con su aportación actual. Esto complica mucho la búsqueda de una solución inmediata, ya que pocos clubes están en condiciones de poder y querer asumir ese salario o negociar un traspaso a coste cero.
La joya que no remonta
En el Barça preocupa especialmente el hecho de que el delantero haya perdido protagonismo en todas las competiciones. Ni con Xavi Hernández ni con Flick ha logrado encontrar su sitio en el equipo, de hecho tuvo que salir al Brighton como cedido y tampoco volvió con buenas sensaciones. La falta de continuidad, las lesiones y la escasa confianza del cuerpo técnico han terminado por relegarlo al banquillo.
La situación parece irreversible, A día de hoy, está más cerca de abandonar el club que de continuar en el proyecto de Flick. Aunque las conversaciones con la dirección deportiva han sido cordiales, no se ha llegado a un entendimiento definitivo sobre su futuro. La puerta de salida está cada vez más abierta y el jugador ya se arrepiente de haberse quedado en invierno, cuando el Sevilla FC llamo a su puerta.
¿El 10 para Lamine Yamal?
Una posible consecuencia directa de su marcha sería la liberación del dorsal número 10. En el entorno culé ya se comenta la posibilidad de que Lamine Yamal lo herede, en un gesto simbólico de confianza total en su proyección. El joven extremo, una de las grandes esperanzas del club, podría convertirse en el heredero directo de Leo Messi.
En la dirección deportiva son conscientes de que retener a un jugador con una ficha tan elevada y sin impacto deportivo puede generar tensiones internas. La nueva etapa con Flick se plantea como una renovación profunda del vestuario, en la que se priorizará el rendimiento sobre el nombre. La intención es liberar masa salarial para poder acometer otras incorporaciones y blindar a jóvenes talentos como Fermín, Cubarsí o el propio Lamine.
Por eso, el futuro del actual '10' se perfila como una de las carpetas clave del mercado estival. Todo apunta a que las partes llegarán a una solución antes del inicio de la pretemporada. En el club quieren evitar un caso similar al de otros futbolistas que salieron por la puerta de atrás tras temporadas decepcionantes.