La dirección deportiva del FC Barcelona trabaja ya en la reestructuración de la plantilla para la próxima temporada. Con Hansi Flick al mando, el club ha fijado nuevas prioridades, alejándose de ciertos perfiles que en su día fueron deseados. Joan Laporta ha decidido actuar con firmeza y sin sentimentalismos.
En esta nueva etapa, se busca juventud, hambre y proyección a medio plazo. La apuesta es construir un equipo sostenible en lo económico y competitivo en el terreno de juego. Y eso ha obligado a descartar nombres que en su día estuvieron en lo más alto de la agenda azulgrana.
Un viejo anhelo que se desinfla
Hace unos años, la llegada de este jugador fue una de las grandes obsesiones de Xavi Hernández. Su visión de juego, su técnica depurada y su versatilidad le convertían en una pieza ideal para el Barça de aquel momento. Incluso hubo contactos avanzados para intentar su fichaje.
Sin embargo, las elevadas exigencias económicas de su club de origen impidieron cerrar el acuerdo. La operación se frenó ante una petición de más de 80 millones de euros, una cifra inasumible para un Barça en plena reestructuración financiera.
La salida de Xavi del banquillo del Camp Nou ha terminado por sentenciar sus opciones. Era su gran valedor dentro del club, el técnico que veía en él un complemento perfecto para el centro del campo. Sin ese respaldo interno, su nombre ha perdido fuerza rápidamente.
El análisis actual de la dirección deportiva es claro: se priorizarán perfiles jóvenes que puedan crecer junto a la nueva generación de talentos. Apostar fuerte por un jugador cercano a la treintena no encaja en los planes actuales.
Una temporada que no convence
Además, su rendimiento esta temporada no ha sido tan brillante como en cursos anteriores. Aunque sigue dejando destellos de su calidad, su impacto real en los partidos importantes ha disminuido. Para la dirección deportiva azulgrana, su valor ya no justifica una inversión tan elevada.
Deco, junto a Laporta y Flick, ha determinado que el coste-beneficio de este fichaje sería negativo. La conclusión es firme: no se abrirán negociaciones, ni ahora ni en un futuro cercano.
Hans-Dieter Flick ha dado su visto bueno al descarte. El técnico alemán quiere construir un equipo basado en intensidad, juventud y proyección de futuro. No contempla llenar la plantilla de veteranos por muy talentosos que sean.
La prioridad es clara: reforzar posiciones clave con jugadores que puedan rendir al máximo nivel durante varias temporadas. No se harán excepciones por nombres que ya no garantizan impacto inmediato ni crecimiento a largo plazo.
Así se cierra definitivamente uno de los capítulos más recurrentes en los últimos mercados. El jugador al que Laporta ha decidido cerrar la puerta no es otro que Bernardo Silva. El portugués, a quien Xavi quiso convertir en pieza clave, ya no entra en los planes del nuevo Barça de Flick.