El FC Barcelona continúa reordenando su política salarial. Las renovaciones firmadas, los fichajes recientes y los contratos heredados han creado una escala de sueldos muy diversa en el vestuario. Y hay un nombre que, tras conocerse los nuevos datos internos, genera un fuerte debate económico.
Los que menos cobran en los intocables
El caso más llamativo por abajo es el de Marc-André ter Stegen. A pesar de su veteranía y su rol como uno de los capitanes, el alemán percibe unos 6,3 millones brutos al año, una cifra muy por debajo del resto de titulares. Su contrato fue reformulado para aligerar la carga del fair play financiero.
Por encima de él están jugadores como Íñigo Martínez y Ferran Torres. Ambos superan los 8,9 millones brutos anuales, y alcanzan los 10 millones en total con bonus incluidos. Su presencia en la rotación les mantiene en una escala intermedia y estable.
Marc André Ter Stegen | @FCBarcelona
El grupo de los 11 millones: los 'titulares rotativos'
Luego aparece un pelotón de jugadores clave, pero sin estatus de estrella. Raphinha, Jules Koundé, Andreas Christensen y Ansu Fati rondan los 11,9 millones brutos al año, aproximadamente 230.000 euros semanales. Todos ellos se han mantenido en plantilla pese a los rumores de salida.
Este grupo forma la columna vertebral del Barça en las rotaciones, especialmente en defensa y en bandas. Son futbolistas valorados, pero no intransferibles. En caso de necesidad económica, Deco ya sabe a quiénes mirar primero.
Raphinha | @FCBarcelona
El nuevo tridente de confianza de Flick
En la siguiente franja ya aparecen jugadores fijos en el once de Hansi Flick. Ronald Araújo, Pedri y Dani Olmo comparten una misma escala salarial: 12,5 millones brutos por temporada, que suponen más de 240.000 euros semanales. Los tres han sido blindados como piezas estratégicas.
En el caso del andaluz y del uruguayo, las renovaciones fueron pactadas con cláusulas progresivas. Dani Olmo, por su parte, llegó desde Alemania aceptando ese mismo marco. La idea es construir un núcleo competitivo y sostenible, algo que no siempre se cumple.
Pedri celebrando un gol | @FCBarcelona
El nuevo rey del vestuario: Lamine Yamal
Con su renovación hasta 2031 ya oficial, Lamine Yamal se ha convertido en el jugador con mayor potencial salarial del vestuario. A partir del 13 de julio —fecha en la que alcanza la mayoría de edad— pasará a cobrar un salario fijo de 10 millones brutos al año. Pero eso es solo el comienzo.
A esa cantidad se le suma una prima de fichaje de 25 millones, repartida en 4,2 millones por temporada. Y sus variables activadas por partidos y premios (como el Balón de Oro) pueden disparar su salario hasta los 30 millones brutos anuales.
Si todo se cumple, Yamal cobrará más que cualquier otro jugador de la plantilla. Es un reconocimiento a su impacto deportivo, pero también un movimiento arriesgado por parte del club. Su contrato ya está generando comparaciones internas que no todos ven con buenos ojos.
Lamine Yamal en un entrenamiento | @FCBarcelona
Los contratos que ahogan al club
Pero, pese a todo, hay dos contratos que siguen estando muy por encima de cualquier proyección financiera del Barça. Uno es el de Frenkie de Jong, quien percibe un total de 19 millones brutos por temporada. Su ficha fue renovada en tiempos de emergencia, y nunca se ha renegociado a la baja.
El otro es el de Robert Lewandowski, que sigue liderando la tabla con un sueldo de 33,3 millones brutos al año, el más alto de toda la historia reciente del club. Aunque sigue siendo un delantero determinante, su salario es completamente insostenible para la estructura actual.
Robert Lewandowski en un entreno | @FCBarcelona
La escala salarial del Barça sigue desequilibrada pese a los esfuerzos de ajuste. Lamine Yamal ya está entre los mejores pagados, y solo dos contratos superan los 25 millones brutos al año. Uno de ellos, el de Lewandowski, podría marcar el siguiente gran movimiento del club en el mercado.
Laporta y Deco trabajan contrarreloj para evitar que estos sueldos sigan lastrando el modelo económico. El reto no es fichar, sino pagar lo que ya se firmó.