Durante semanas, su nombre fue protagonista en los despachos de los grandes clubes europeos. Especialmente en Inglaterra, donde el Manchester City se lanzó con fuerza para cerrar su fichaje. La oferta incluía un salario de élite, un rol protagonista y el aval directo de Pep Guardiola.
Desde el entorno del jugador nunca se negó el interés, pero se pidió discreción total en las conversaciones. Joan Laporta y Deco eran conscientes del riesgo, aunque mantenían la esperanza de retener a una pieza clave. Hansi Flick, por su parte, lo consideraba imprescindible para el futuro inmediato del equipo.
Pep Guardiola | @ManCityES
Guardiola lo quería como heredero
Guardiola había dado luz verde personal para cerrar el fichaje lo antes posible. Consideraba que su encaje en el esquema del City era perfecto por su polivalencia, presión y visión táctica. Además, veía en él un perfil ideal para liderar la transición generacional en el centro del campo.
Desde Manchester ofrecieron un contrato de cinco temporadas con condiciones económicas difíciles de rechazar. El salario superaba los 10 millones netos al año, más bonus variables por rendimiento y títulos. Pero lo más importante era la promesa de continuidad, minutos y confianza plena.
Pep Guardiola | Premier League
Mientras el City apretaba, el Barça no se quedó de brazos cruzados. Laporta y Deco sabían que perderlo sería un golpe duro para el proyecto. Apostaron por una contraofensiva estructurada en lo económico, emocional y deportivo.
Las conversaciones fueron intensas y secretas, alejadas de los focos mediáticos. El jugador pidió tiempo para valorar todos los escenarios, con la cabeza fría y sin presiones. No quería precipitarse, pero tampoco deseaba vivir otro verano marcado por la incertidumbre.
Manchester City | @BernardoCSilva
La decisión fue firme: se queda
La respuesta llegó esta semana, y sorprendió incluso a los propios directivos. Contra todo pronóstico, el jugador rechazó la oferta del Manchester City. Apuesta por el proyecto de Hansi Flick, por el crecimiento deportivo y por su papel dentro del vestuario.
Lo más impactante no fue solo el “no” a Guardiola, sino el “sí” rotundo al Barça. Un gesto que recuerda a los de otra época, cuando el escudo pesaba más que cualquier cheque. Y que refuerza la idea de que este club aún puede enamorar a sus propios talentos.
Hansi Flick | @FCBarcelona
El acuerdo incluye un contrato que se extiende hasta el 30 de junio de 2030. Su salario será de 6 millones de euros netos por temporada, con variables que podrían elevarlo a 9 millones anuales. Además, tendrá una cláusula de rescisión de 1.000 millones, blindaje total.
En lo deportivo, Flick le ha transmitido que será uno de los ejes del equipo. Su rol crecerá en responsabilidad, presencia en el campo y liderazgo en los momentos clave. No solo será importante, será decisivo.
Identidad, fidelidad y futuro
La decisión no solo tiene un valor deportivo, sino también simbólico. En una era donde las estrellas cambian de club al primer impulso, este gesto tiene peso. El Barça, con todas sus dificultades económicas, sigue siendo capaz de retener talento de primer nivel.
Laporta lo celebró en privado como una victoria institucional, más allá del mercado o del rendimiento inmediato. En el vestuario, la noticia fue recibida con aplausos y alivio: se queda una pieza fundamental. Y lo hace no por dinero, sino por amor al club y fe en el proyecto.
Gavi con el Barça | @FCBarcelona
Se especuló con muchos nombres. Se habló de jóvenes promesas, de canteranos consolidados y de posibles ventas millonarias. Pero el protagonista de esta historia es Gavi, quien ha renovado con el FC Barcelona hasta 2030 y ha dicho no a Guardiola.