Kevin De Bruyne está listo para afrontar el último gran reto de su carrera. El centrocampista belga, que acaba contrato con el Manchester City, no renovará y ya escucha ofertas. Aunque la MLS ha llamado a su puerta, el jugador cree que aún tiene nivel para seguir en Europa.
En los últimos días, su nombre ha empezado a circular en varios despachos del continente. Su entorno lo ha ofrecido a varios grandes, y uno de ellos ha sido el FC Barcelona. De Bruyne ve con buenos ojos la idea de vestir la camiseta azulgrana en el tramo final de su carrera.
Una llegada sin traspaso, pero con obstáculos
La posible incorporación sería a coste cero, al quedar libre este verano. Aun así, su ficha supone una barrera importante para un Barça que debe vigilar cada movimiento financiero. El sueldo que percibía en el City es inasumible para el club en su estado actual.
El entorno del belga ha asegurado que estaría dispuesto a negociar condiciones si hay un interés real. Sin embargo, el cuerpo técnico no ha dado señales de urgencia con este perfil. Y la respuesta más importante ha llegado desde el banquillo.

El entrenador alemán valora la carrera y el talento de De Bruyne, pero no lo considera necesario. Para Flick, el centro del campo del Barça ya está bien cubierto y no necesita refuerzos. La apuesta está clara: juventud, intensidad y compromiso con el nuevo modelo de juego.
Con jugadores como Gavi, Fermín, Dani Olmo, De Jong y Pedri, el técnico cree tener alternativas suficientes. Además, las lesiones recientes del belga generan dudas sobre su capacidad para rendir con continuidad. En un proyecto que necesita fiabilidad y frescura, Flick prefiere no arriesgar.

El aspecto económico lo complica todo
Incluso si Flick hubiese dado el visto bueno, el fichaje seguiría siendo muy difícil de concretar. De Bruyne no está dispuesto a rebajarse drásticamente el sueldo para jugar en LaLiga. Y el Barça no puede asumir otra ficha de ese calibre sin comprometer su equilibrio financiero.
La directiva, con Laporta y Deco al frente, ha recibido la propuesta con cautela. El club mantiene otras prioridades marcadas, como reforzar la portería y la defensa en caso de salidas. Por tanto, no contemplan un esfuerzo económico en esa dirección.
El mensaje interno es claro: el futuro se construye sobre jóvenes con proyección, no veteranos de élite. Aunque la figura de De Bruyne impone respeto, su perfil no se ajusta a la idea actual. El Barça ha optado por un modelo más sostenible, que prioriza el desarrollo deportivo y económico.
Flick quiere un equipo más físico, dinámico y competitivo a largo plazo. En ese contexto, no considera lógico incorporar a un jugador que ha bajado su rendimiento. La decisión es firme: De Bruyne no está en los planes de futuro inmediatos del club.

El intercambio que sorprendió a la dirección deportiva
Lo más llamativo ha llegado en las últimas conversaciones entre clubes y representantes. Según fuentes cercanas, desde Manchester se ha deslizado la posibilidad de un intercambio poco habitual. La propuesta incluiría a De Bruyne a cambio de Gavi y Fermín López.
Una oferta que ha sido recibida con incredulidad por el área deportiva culé. En ningún caso el club contempla desprenderse de dos de sus grandes activos jóvenes. Por ahora, el intercambio ha sido descartado por completo… y la puerta a De Bruyne se ha cerrado aún más.
