El FC Barcelona ya empieza a planificar su futuro más allá de Robert Lewandowski. El delantero polaco sigue siendo una pieza clave para Hansi Flick, pero en el club existe la certeza de que su etapa en la élite se acerca a su recta final. La búsqueda de un relevo natural, que pueda liderar la delantera en los próximos años, es una de las prioridades estratégicas de Joan Laporta.
Sustituir a un goleador de la talla de Lewandowski no es tarea sencilla, por lo que el trabajo de scouting ha comenzado con tiempo. El club quiere que la transición sea progresiva, evitando improvisaciones. Por eso, la secretaría técnica está siguiendo a varios candidatos capaces de aportar no solo goles, sino también características que encajen con la filosofía de juego que pretende implantar Flick.
El favorito en la agenda
Entre los nombres que más seducen a Laporta, Julián Álvarez ocupa un lugar privilegiado. Su rendimiento en el Atlético de Madrid ha llamado la atención por su capacidad de adaptarse a distintos roles ofensivos, su agresividad en la presión y su movilidad constante en ataque. El presidente culé lo ve como un perfil moderno de delantero, capaz de participar en la creación y de aparecer en el área con instinto goleador, lo que el Barça necesita.
Además, el estilo del argentino encaja con la idea de Flick de un Barça más dinámico, con presión alta y juego rápido en campo rival. Si el Atlético no logra éxitos importantes en las próximas temporadas, en el Camp Nou confían en que Álvarez pueda valorar un cambio de aires. Su juventud y margen de crecimiento refuerzan la idea de que podría ser el ‘9’ de referencia en la nueva etapa del club.
El otro sueño del Barça
El otro nombre que Laporta mantiene en su radar es Erling Haaland. Aunque su fichaje parece inalcanzable por el momento, en el Barcelona no lo descartan a largo plazo. El delantero noruego atraviesa una temporada con altibajos en el Manchester City y su encaje en el sistema de Pep Guardiola ha generado ciertos interrogantes.
En el club catalán creen que, si su situación no mejora, podría llegar a plantearse una salida. El impacto de un fichaje como el de Haaland iría mucho más allá de lo deportivo. Laporta es consciente de que su llegada supondría un impulso mediático y comercial para la marca Barça, además de asegurar al equipo uno de los goleadores más determinantes del planeta.
Aunque es una operación de enorme complejidad, el presidente quiere mantener abierta la puerta a esa posibilidad.