El FC Barcelona acelera su planificación deportiva para la temporada 2025/26. Aunque el fichaje de Nico Williams ya está muy encaminado y ocupa gran parte del protagonismo mediático, la dirección deportiva no se detiene ahí. Deco, con el respaldo de Hansi Flick, negocia una segunda operación en paralelo que podría suponer un salto cualitativo en el frente ofensivo del equipo.
La necesidad de reforzar el ataque con variantes funcionales y perfiles complementarios ha quedado marcada como prioridad en la hoja de ruta del nuevo proyecto. Hansi Flick, que afronta su segundo año en el banquillo, ha transmitido de forma clara la importancia de contar con una plantilla más profunda y versátil para competir por todo. En ese sentido, Deco se ha encargado de cumplir con sus peticiones.
Una incorporación que toma fuerza en el Barça
Según fuentes cercanas al club, Deco trabaja en la posibilidad de incorporar a Marcus Rashford como cedido. El delantero inglés ha sido ofrecido en las últimas semanas y su llegada podría encajar deportiva y económicamente siempre que el FC Barcelona logre concretar algunas salidas en la actual plantilla. Rashford busca un cambio de escenario tras una temporada difícil en el Manchester United y ve con buenos ojos un destino como el Camp Nou, donde podría recuperar su mejor versión.
La operación, aún en fase exploratoria, cuenta con el visto bueno de Hansi Flick, quien considera clave aumentar las alternativas ofensivas. Rashford ofrecería al técnico un perfil distinto al de Nico o Lamine Yamal: más potencia, movilidad interior y capacidad de romper líneas con velocidad. La idea, entonces, es cerrar primero la llegada de Nico y activar la cesión del inglés en una segunda fase del mercado.
Flick quiere alternativas en ataque
La combinación de Nico Williams y Marcus Rashford permitiría al Barça configurar un tridente ofensivo con múltiples variantes. Nico, especialista en el uno contra uno por izquierda, aportaría amplitud, mientras que Rashford podría desempeñarse tanto por banda como en posiciones más centradas, incluso como segundo delantero. Este equilibrio permitiría a Flick ajustar su esquema según el rival y las circunstancias de cada encuentro.
Más allá de los nombres, el Barça busca construir una línea ofensiva con sentido colectivo: profundidad, presión tras pérdida, desmarque vertical y capacidad de asociación. En este contexto, ambas incorporaciones encajan plenamente en el estilo que busca implantar el nuevo cuerpo técnico. La cesión de Rashford, además, no comprometería las finanzas del club y ofrecería un refuerzo de alto nivel sin grandes riesgos a corto plazo.