El mercado de fichajes sigue dejando titulares y uno de los más sonados en las últimas horas es el referente a una joya que está en el radar de gigantes europeos. Su rendimiento, su edad y su proyección han provocado que su valor se dispare de manera descomunal. La noticia, sin embargo, no es alentadora para clubes como el PSG o el Bayern de Múnich, que suspiraban por contar con él.
Lamine Yamal ha roto todos los esquemas en el Barcelonay fuera de él, a sus 17 años, su cotización en el portal especializado Transfermarkt se sitúa en los 200 millones. Igualando cifras de auténticos cracks consagrados, el Barça, consciente del diamante que tiene entre manos, ha blindado al jugador con una cláusula de rescisión que alcanza los mil millones de euros. El club ha decidido de forma virtual cualquier intento de seducción externa de otros equipos por su gran joya.

La directiva blaugrana no solo se ha asegurado su continuidad contractual, sino que también trabaja en su crecimiento deportivo y emocional. Lamine es un símbolo de la cantera, del proyecto a largo plazo de Joan Laporta y Hansi Flick. Además, la complicidad del jugador con el club y su entorno ha sido clave para apagar cualquier tipo de tentación millonaria proveniente del extranjero.
No se mueve del Barça
Desde hace meses, grandes clubes como el PSG, el Bayern o incluso el Manchester City han seguido de cerca cada paso del joven delantero. Su capacidad de desborde, su lectura del juego y su capacidad para decidir partidos en escenarios de máxima exigencia han despertado elogios en toda Europa. No es casualidad que varios informes lo señalen como el mejor talento joven del mundo en estos momentos.
Sin embargo, el arraigo emocional y futbolístico del jugador al Barça ha sido determinante. Lamine Yamal, con raíces marroquíes, pero corazón blaugrana, siempre ha dejado claro que su deseo es triunfar en el club que lo formó. Este aspecto, junto al apoyo familiar y la visión compartida con el cuerpo técnico, han hecho imposible cualquier operación por mucho dinero que se pusiera sobre la mesa.
Ni por Mbappé
En París lo tenían en su agenda el año pasado para ser el recambio de Mbappé, mientras que en Múnich lo veían como un fichaje estratégico para rejuvenecer su línea ofensiva. Ahora, ambos clubes se ven obligados a tachar su nombre de la lista y buscar alternativas en el mercado. Su precio, tanto de mercado como de cláusula, lo convierten en una utopía para cualquier comprador.
En el Camp Nou respiran tranquilos, el Barcelona no solo ha blindado a su perla, sino que también manda un mensaje: las joyas de la Masía no están en venta. En tiempos de inestabilidad económica y presiones externas, mantener a Lamine Yamal representa un gran golpe de autoridad y una declaración de intenciones de cara al futuro culé.