La dirección deportiva del FC Barcelona sigue teniendo que mirar con lupa cada detalle en la planificación deportiva, especialmente cuando se trata de proteger a sus jóvenes talentos. En una temporada marcada por los ajustes económicos y la posible llegada de nuevas figuras, la gestión del vestuario no solo pasa por fichar bien. Para Deco también es prioritario retener a los jugadores que están destinados a marcar una era con la elástica del FC Barcelona.
Y en ese sentido, una nueva preocupación se ha instalado en el Camp Nou. Porque más allá de las habituales miradas desde la Premier League, esta vez es uno de los gigantes clubes que ha puesto sus ojos en un futbolista culé. Y cuando el Manchester City de Pep Guardiola se interesa por alguien, es difícil mirar hacia otro lado.
El nuevo objetivo de Guardiola
Según las últimas informaciones, el técnico catalán tiene claro a su firme deseo: Fermín López. El centrocampista andaluz ha llamado la atención de Guardiola, quien lo ve como el posible heredero de Kevin De Bruyne en sus planes. No es una idea improvisada: Fermín fue uno de los nombres propios de la pasada temporada con el Barça, brilló en La Liga, deslumbró en la Eurocopa y Juegos Olímpicos.
Pese a este ascenso meteórico, el joven talento culé no ha terminado de consolidarse como titular indiscutible bajo las órdenes de Hansi Flick. A pesar de sus buenas actuaciones, la competencia con fichajes como Dani Olmo ha limitado considerablemente su continuidad. Y eso ha abierto la puerta a la duda: ¿hasta qué punto vale la pena quedarse si no se siente protagonista?
Oferta difícil de ignorar
El Manchester City está dispuesto a apostar fuerte por el joven talento del Barça, incluso llegando a ofrecer más de 55 millones de euros. Guardiola, convencido de su potencial, ya ha tenido contactos con el entorno del jugador. Todo ello con la intención de seducirlo con un rol protagónico y un proyecto competitivo a corto y largo plazo.
Fermín, por su parte, valora la propuesta y no cierra la puerta a una posible salida. En el Barça lo saben: perder a Fermín sería un golpe, no solo deportivo, sino también simbólico. Si bien su compromiso ha sido total hasta ahora, la falta de regularidad podría empujarlo a tomar una decisión radical.