El Barça ha dejado claro con un gesto simbólico y poderoso quién es el líder del nuevo proyecto: Lamine Yamal. El joven canterano hrecibió el mítico dorsal número 10 para la temporada 2025-2026, una camiseta que en su día vistieron leyendas como Messi. No es una decisión menor; representa confianza absoluta en su talento, madurez y potencial para ser la piedra angular del equipo dirigido por Hansi Flick.

Después de una temporada brillante, Lamine Yamal se ha ganado no solo el respeto de sus compañeros, sino también la admiración del cuerpo técnico y de la afición. En su segunda temporada en el primer equipo, Lamine encara el curso no como una promesa, sino como el principal referente ofensivo.
Hansi Flick no admite relajación
Sin embargo, Flick, consciente del peligro de que el estatus de estrella pueda influir negativamente en la actitud del jugador, ya ha lanzado mensajes claros en el vestuario. El técnico alemán ha insistido en que quiere ver al mismo Lamine Yamal trabajador y comprometido que deslumbró la temporada pasada. No habrá concesiones ni privilegios.
El exseleccionador alemán también ha advertido en varias ocasiones sobre los riesgos de la autocomplacencia. Sabe que gestionar a una estrella joven requiere tanto mano firme como inteligencia emocional. Y lo cierto es que Lamine Yamal parece entender bien el mensaje porque se ha presentado a la pretemporada en excelente forma física y con una mentalidad ambiciosa.
El fichaje y las sensaciones de Roony
En este contexto, el fichaje de Roony Bardghji ha sido visto con buenos ojos por Flick. Procedente del Copenhague, llegó por apenas dos millones este verano y ha sorprendido a todos durante los primeros amistosos de pretemporada. Jugando en la misma posición que Lamine Yamal, Roony ha mostrado descaro, calidad y una gran capacidad para encarar defensas rivales.
La competencia le irá bien
Flick está convencido de que la competencia interna es fundamental para mantener a todos los jugadores alerta. En el caso de Lamine Yamal, contar con alguien como Roony que pueda presionar desde el banquillo es una forma de que el nuevo “10” no se relaje.
El Barça se ilusiona con su nuevo 10, pero también sabe que el camino hacia la consolidación definitiva está lleno de retos. Y Flick, con su experiencia, está decidido a que Lamine los afronte con la misma hambre con la que conquistó el Barça la temporada pasada.