El FC Barcelona ha disfrutado de una temporada memorable, especialmente gracias al espectacular rendimiento de sus extremos. Tanto Lamine Yamal como Raphinha se han consolidado como piezas clave en el esquema de Hansi Flick, aportando desequilibrio, velocidad y una enorme cantidad de goles y asistencias. Su protagonismo ha sido tal que resulta difícil imaginar al equipo sin ellos en las bandas.
Sin embargo, desde el cuerpo técnico tienen claro que no se puede depender únicamente de dos futbolistas para todo un curso. Con vistas a una nueva y exigente temporada, Flick ha solicitado la incorporación de un nuevo extremo que permita rotar sin perder nivel. La idea no es fichar una estrella que compita directamente con los titulares, sino un jugador de calidad que acepte un rol más secundario.
La alternativa de Flick
En esa línea, el Barça había comenzado a explorar distintas opciones en el mercado, y una de las que más convencía al técnico era la de Leroy Sané. El atacante alemán había quedado libre tras no renovar con el Bayern Múnich, y su perfil se ajustaba perfectamente a lo que buscaba el Barça. Además, su buena relación con el técnico alemán parecía allanar el camino.
Sin embargo, los planes se torcieron por completo: todo parece indicar que Sané ha tomado la decisión de fichar por el Tottenham Hotspur, descartando así su llegada al Camp Nou. La operación encajaba económicamente para el club culé, ya que Sané llegaba como agente libre. Pero finalmente ha optado por regresar a la Premier League, convencido por el proyecto de los Spurs.
Según fuentes cercanas a la operación, su entorno valoró las oportunidades de minutos y el rol protagónico que le ofrecían en Londres. Algo que en el Barça no estaba garantizado dada la presencia de Lamine y Raphinha.
Sin un plan B
Para Flick, esta noticia ha sido un jarro de agua fría: más allá de su relación personal con Sané, confiaba en su experiencia, capacidad de desequilibrio y polivalencia en ataque. El extremo alemán era el perfil ideal para reforzar el equipo sin alterar el equilibrio actual del once titular. Ahora, el Barça tendrá que volver al mercado y encontrar otro futbolista que se ajuste a ese equilibrio entre talento y aceptación del rol secundario.
Con Sané fuera de la ecuación, nombres como Luis Díaz o Nico Williams vuelven a sonar, pero presentan complicaciones. Ambos son jugadores con ambiciones de titularidad y un coste elevado. La dirección deportiva del club se enfrenta al reto de encontrar un nuevo candidato que permita dar descanso a sus extremos sin romper la armonía del vestuario ni desbalancear el presupuesto.