El Barça sigue trabajando para cerrar los últimos movimientos del mercado y completar la plantilla que dirigirá Hansi Flick en su segunda temporada al frente del banquillo culé. Con las operaciones ya confirmadas de Joan García y Ronny Bardghji, además de la incertidumbre con la situación del extremo, la dirección deportiva no descarta nuevas incorporaciones para apuntalar posiciones sensibles.
En ese sentido, uno de los focos de atención está en el lateral izquierdo. Una posición que ha generado dudas en el club tras las lesiones recurrentes de Alejandro Balde. El técnico alemán considera fundamental reforzar esa banda para no quedar expuesto durante la temporada, pero no todos en el club comparten su visión.
La apuesta de Flick para reforzar la banda
Flick tiene claro que Alejandro Grimaldo sería un fichaje estratégico para el Barça. El actual jugador del Bayer Leverkusen viene de completar un par de campañas excepcionales en la Bundesliga, donde ha sido clave en el histórico título de Xabi Alonso. Con experiencia en grandes escenarios y un rendimiento constante, el técnico alemán considera que su llegada solucionaría de inmediato la falta de un suplente de garantías para Balde.
Además, Grimaldo cuenta con una cláusula de salida cercana a los 30 millones de euros, cifra que, para Flick, encaja con el valor del jugador y la urgencia de la operación. El entrenador confía en que el futbolista formado en La Masía no tardaría en adaptarse, y ve con buenos ojos que quiera regresar.
En el club frenan la operación
Sin embargo, en las oficinas del Barça la idea no genera consenso. Deco y Joan Laporta consideran que la prioridad debe ser apostar por jóvenes talentos de la casa antes de lanzarse a por un fichaje costoso. Creen que el club puede gestionar la situación con soluciones internas mientras Balde recupera su mejor forma.
A esto se suma un factor extra: el historial de Grimaldo en su primera etapa como culé. Su salida al Benfica dejó un sabor amargo por ciertos problemas de disciplina y un desencuentro con Luis Enrique. Este pasado sigue pesando en la valoración de Deco, quien no termina de ver clara la operación pese a las garantías deportivas que ofrece.