El mercado de fichajes no ha dejado de sacudir al Barça en las últimas semanas, y uno de los nombres propios ha sido el de Marc Casadó. Su futuro ha estado en el aire mientras varios clubes importantes se interesaban por su fichaje. Sin embargo, después de muchas especulaciones, el propio jugador ya le ha trasladado a Flick qué camino ha decidido tomar.
La dirección deportiva culé tenía claro que no malvendería a un futbolista con tanto recorrido por delante. De hecho, en el Camp Nou se filtró que el precio de salida era de 30 millones de euros. Una cifra que ahuyentaba a algunos interesados, pero que no fue impedimento para que equipos de nivel siguieran atentos a su situación.
Pretendientes de peso
En España, tanto el Atlético de Madrid como el Real Betis preguntaron de manera formal por su disponibilidad. Ambos veían en él un refuerzo de garantías para reforzar la sala de máquinas. La dificultad de ganarse minutos en el Barça parecía abrir una ventana de oportunidad, pero el jugador nunca se mostró especialmente convencido.
Tampoco faltó interés desde la Premier League, donde Wolves y West Ham hicieron llegar sondeos a su entorno. En Inglaterra lo valoraban como un perfil muy competitivo y con margen de crecimiento en un campeonato tan físico. La posibilidad de dar un salto a la Premier, con contratos millonarios y protagonismo inmediato, estaba encima de la mesa.
Mientras tanto, Hansi Flick quiso mantener siempre una comunicación directa con el futbolista. El técnico alemán le dejó claro que tendría competencia feroz en el doble pivote, con jugadores como De Jong, Pedri, Gavi o incluso el recuperado Bernal. No obstante, también valoró su profesionalidad, intensidad en los entrenamientos y capacidad para aportar en momentos importantes de la temporada.
Esa sinceridad del entrenador fue clave para que el jugador madurase su decisión final. Flick no le prometió minutos, pero sí confianza en que, cuando le tocara, respondería. Esa visión reforzó todavía más su vínculo emocional con el club.
La presión de los rumores
Durante varios días, la sensación era que acabaría aceptando una salida si llegaba una oferta que beneficiase a todas las partes. En el vestuario, sus compañeros seguían con atención las informaciones de la prensa.
Situaban al Betis como el club mejor colocado en España y al West Ham como la opción más fuerte en el extranjero. La incertidumbre crecía, pero el futbolista se mantuvo en silencio.
La directiva veía con buenos ojos una venta que ayudara a aliviar la economía, aunque nadie quiso presionar directamente al jugador. Era él quien debía mover ficha y aclarar sus intenciones. Y finalmente, lo ha hecho, rompiendo el suspense que rodeaba su futuro.
En las últimas horas, el centrocampista reunió el valor para comunicar su elección a Flick y al área deportiva. Ni Atlético, ni Betis, ni Wolves, ni West Ham: su decisión es quedarse en el FC Barcelona. Ha rechazado las propuestas recibidas y ha trasladado que su equipo sigue siendo el mismo que lo formó desde niño.
Marc Casadó ha dejado claro que su sueño es triunfar de azulgrana, aunque eso signifique menos minutos a corto plazo. Para él, el Barça es mucho más que un club, y por ahora, no hay proyecto que pueda convencerle de lo contrario.