El traspaso de Iñigo Martínez al Al-Nassr ha supuesto un ajuste inesperado en el mercado del FC Barcelona. El central vasco, que llegó hace apenas una temporada, había logrado consolidarse como uno de los referentes defensivos del equipo culé, especialmente en momentos clave del pasado curso.
Su salida llega en un momento en el que la plantilla todavía estaba en fase de ajustes. Y en un verano en el que el club ya trabajaba para optimizar su estructura sin grandes incorporaciones previstas. La operación se ha cerrado en un contexto de entendimiento total entre jugador y club.
El verano pasado, Iñigo ya había recibido una propuesta desde Arabia Saudí, pero decidió quedarse atraído por el proyecto que le presentaba Hansi Flick. En ese momento, ambas partes acordaron que, si volvía a surgir una oferta similar y el jugador quería aceptarla, no habría obstáculos para su marcha. Con la llegada de la propuesta del Al-Nassr, las condiciones se cumplieron y se dio luz verde a la transferencia.
Un hueco en la defensa que altera el plan inicial
Hasta antes de esta salida, Deco había dejado claro que no estaba previsto reforzar la zaga. Sin embargo, la marcha de Iñigo deja al equipo con cuatro centrales disponibles: Pau Cubarsí, Ronald Araújo, Andreas Christensen y Eric Garcia. Además de Jules Koundé, que se ha asentado como lateral derecho.
Ninguno de ellos es zurdo natural, lo que significa que el perfil que ofrecía el central vasco se pierde. Para cubrir esa carencia, Flick ha probado durante la pretemporada a Gerard Martín como central zurdo. El canterano ha respondido con solvencia en los amistosos recientes, aportando equilibrio en la salida de balón y permitiendo que Pau Cubarsí actúe en el costado derecho, su posición preferida.
Aunque el joven defensa no es todavía una opción definitiva, su rendimiento ha abierto una puerta interesante para el cuerpo técnico.
El mercado, una ventana abierta
Por ahora, no hay operaciones inminentes, pero en la dirección deportiva se mantiene la vigilancia. El perfil que se buscaría, en caso de fichar, sería el de un central zurdo con capacidad para desempeñarse como lateral. El nombre de Alejandro Grimaldo ha sido vinculado con el FC Barcelona en el pasado, aunque actualmente no hay negociaciones abiertas y su coste rondaría los 15 millones de euros.
La salida de Íñigo Martínez, además, ayuda a liberar masa salarial y facilita el registro de fichajes, así como la inscripción de jóvenes como Marc Bernal y el propio Gerard Martín. El club considera que la plantilla está prácticamente cerrada, aunque es consciente de que el mercado de agosto suele traer movimientos inesperados. Por eso, aunque la hoja de ruta no incluya fichajes en defensa inmediatos, en el Barça no se descarta aprovechar cualquier oportunidad que encaje tanto deportiva como económicamente.