La dirección deportiva del Barça sabe que el mercado de fichajes de este verano será decisivo para reordenar al club tanto en lo deportivo como en lo económico. En un contexto de restricciones financieras y necesidades urgentes de ingresos, el club culé empieza a abrir la puerta a algunas salidas inesperadas. Sobre todo de jugadores que, aunque han sido importantes en las últimas campañas, también han perdido protagonismo en los planes de Hansi Flick.
Entre los nombres que aparecen en la lista de posibles ventas está el de Ronald Araújo. El central uruguayo ha sido un emblema de la defensa culé en los últimos años, pero su situación actual lo ubica en un terreno incierto. Su rol ha cambiado, y la llegada de ofertas por él podría activar una de las operaciones más relevantes del mercado que se avecina.
Oferta potente
Ronald Araújo ha perdido parte de su estatus como líder indiscutible esta temporada. Las lesiones, algunos errores puntuales y la consolidación de Pau Cubarsí e Iñigo Martínez lo han relegado a un segundo plano en varios partidos clave. Aunque sigue siendo un jugador de peso en el vestuario culé y con un enorme cartel internacional, su encaje en el nuevo modelo de Flick genera ciertas dudas.
En este contexto, una propuesta procedente de Arabia Saudí ha generado ruido en los despachos del FC Barcelona. La oferta inicial rondaría los 50 millones de euros, una cifra que pone a pensar a Deco y Joan Laporta. Aunque aún no hay una negociación formal, el club catalán ya no lo considera intransferible, y si se alcanza una cifra cercana a los 60 millones, su venta podría concretarse.
Su salida gana fuerza
El central uruguayo ha sido clave en el pasado, pero su presente no lo garantiza como eje del nuevo Barça. Deco, que busca soluciones para sanear las finanzas sin debilitar el proyecto, considera que vender a Araujo no sería un paso atrás si se logra una cifra importante. Además, mantener a jóvenes como Cubarsí o reforzar otras zonas prioritarias depende directamente de este tipo de decisiones.
A día de hoy, el Barça no tiene prisa, pero ya empieza a preparar el terreno: si se alcanzan los 60 millones, no dudarán. La opción saudí es real, y el jugador no descarta un cambio de aires si su rol continúa siendo secundario. En su entorno, ya se baraja la posibilidad de una salida pactada, siempre que se respeten sus aspiraciones deportivas y económicas.