Lionel Messi ha sido, para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos. Su legado en el Barça es incomparable, con títulos, récords y una conexión única con la afición. Pero incluso los más grandes esconden una cara menos conocida.
Durante años, el ‘10’ fue el emblema absoluto del Camp Nou. Con su fútbol mágico, transformó al Barça en uno de los clubes más temidos del planeta. Sin embargo, no todo fueron sonrisas y aplausos dentro del vestuario.

Messi, ídolo global... pero no infalible
Aunque desde fuera siempre proyectó una imagen serena y humilde, dentro del vestuario había momentos de tensión. Su ambición y exigencia también lo llevaban a episodios intensos. Algunos compañeros lo han contado con reservas; otros, como ahora, sin filtro.
Ya durante el Mundial de Qatar se vio su lado más competitivo. Aquel “¿Qué mirás, bobo?” a Weghorst recorrió el mundo en segundos. Fue una muestra de que Messi, como cualquiera, también tiene sus días difíciles.
Otro caso conocido fue su enfrentamiento con Luis Enrique en el Barça. Las versiones hablaron incluso de un cruce físico en un entrenamiento. El propio Jordi Masip llegó a asegurar que estuvieron “a punto de llegar a las manos”.

Ter Stegen rompe el silencio
Ahora ha sido Marc-André ter Stegen quien ha sorprendido con unas palabras inesperadas. En una entrevista reciente, el portero alemán ha hablado sin tapujos sobre su experiencia con Leo. Y sus declaraciones no han pasado desapercibidas.
El actual capitán del Barça comenzó elogiando al argentino.
“Messi es único. Puede decidir un partido en segundos y ve cosas que ningún otro jugador ve”, dijo con admiración. Pero luego llegó la parte inesperada.

“Podía tirarte una pelota a la cara…”
Con total naturalidad, Ter Stegen soltó una bomba que nadie esperaba.
“Probablemente sea el único jugador que puede tirarte una pelota a la cara si quiere”, reveló entre risas. Y añadió: “Lo ha hecho varias veces. ¿El motivo? Tendrías que preguntárselo a él”.
Estas palabras han provocado una mezcla de asombro y debate entre la afición. Nadie pone en duda la calidad de Messi, pero estas confesiones abren una nueva ventana a su carácter. El ídolo también tenía sus momentos de enfado y tensión.
Un líder con genio
Lo que queda claro es que Leo Messi, más allá de ser un genio del balón, era también un líder con mucho carácter. En un vestuario repleto de estrellas, su figura imponía respeto. Y, a veces, su manera de expresar las cosas no era la más suave.
Ter Stegen no lo dijo como crítica, sino como una realidad del día a día.
“Al final, todos estábamos bajo mucha presión. Él más que nadie”, justificó el alemán. Pero las redes no han tardado en reaccionar.

Un Messi más humano
Estas palabras no ensucian la imagen de Messi, pero sí la humanizan. Lo muestran como un futbolista ultra competitivo, capaz de tener días malos como cualquiera. Y también como alguien que no siempre se llevaba bien con todos.
En el fútbol de élite, los egos y la presión constante generan fricciones inevitables. Lo sorprendente es que, viniendo de alguien tan reservado como Ter Stegen, estas declaraciones hayan salido ahora. Y más en un momento donde Messi vive sus últimos años de carrera.

Muchos recuerdan a Messi como un líder silencioso. Pero algunos episodios reflejan que su forma de liderar también podía ser más directa, incluso tensa. No todos lo vivieron igual.
Para algunos, como Iniesta o Busquets, era un ejemplo diario. Para otros, como parece insinuar Ter Stegen, también podía ser alguien complicado en ciertos momentos. Eso no cambia lo que fue, pero añade matices al relato.