El mercado de fichajes está llegando a su recta final y la situación de Fermín López vuelve a estallar. El centrocampista andaluz, una de las perlas más prometedoras de La Masia, ha recibido una oferta mareante del Chelsea. El conjunto londinense está dispuesto a pagar 70 millones de euros por él, y duplicar como mínimo su salario actual.
El Barça, sin embargo, no quiere dejarle salir de ninguna manera. Joan Laporta y Deco consideran que Fermín es pieza estructural del futuro del equipo, y Hansi Flick ha pedido públicamente que se mantenga. Pero en los últimos días, la relación entre el futbolista y la dirección deportiva se ha tensionado hasta límites insospechados.
El detonante ha sido un ultimátum directo que Fermín ha trasladado a la cúpula azulgrana. Si no se produce la salida interna que reclama, estaría dispuesto a abrir la puerta al Chelsea antes del cierre del mercado.
El interés del Chelsea, cada vez más fuerte
En Stamford Bridge consideran a Fermín un objetivo prioritario para reforzar la medular. Enzo Maresca lo ve como el relevo perfecto de Conor Gallagher y ha llamado personalmente a su entorno. El técnico italiano le ha transmitido que en Inglaterra sería titular indiscutible y pieza central en un proyecto que quiere volver a la cima.
Los blues han ofrecido un contrato de 15 millones de euros anuales, más del doble de lo que cobra en el Camp Nou. La cifra, sumada a los 70 millones de traspaso, supone una oportunidad difícil de rechazar. La presión aumenta y la directiva sabe que la última palabra está en manos del jugador.
El Barça no quiere repetir errores recientes, como las salidas de jóvenes talentos que luego explotan en otros equipos. Fermín ha demostrado calidad, gol y compromiso, por lo que su venta sería un golpe deportivo y anímico. Aun así, los problemas internos hacen que la situación se complique.
Una convivencia complicada en el vestuario
Durante meses, se especuló con que Fermín y Gavi mantenían una relación tensa fuera de los terrenos. Aunque ambos comparten posición y carácter competitivo, las últimas informaciones descartan que el andaluz haya señalado al sevillano. Flick considera que ambos pueden convivir en el centro del campo y así lo ha hecho saber a la directiva.
El problema real que señala Fermín está en otra parte de la plantilla. No está satisfecho con la presencia de un fichaje estrella, al que acusa de restarle protagonismo en su posición natural. Considera que no ha justificado el enorme esfuerzo económico realizado por el club.
Ese jugador no es otro que Dani Olmo, llegado la temporada pasada como apuesta personal de Deco. Para Fermín, la salida del internacional español es condición imprescindible para continuar en el proyecto culé. Cree que su influencia limita sus minutos de calidad y bloquea su crecimiento deportivo.
El dilema para Laporta y Flick
Laporta no quiere perder a Olmo, ya que representa un fichaje de prestigio tras su etapa en Leipzig. Sin embargo, entiende que su rendimiento no ha estado a la altura de lo esperado. El presidente tendrá que decidir si prioriza la apuesta institucional o escucha el clamor de una de sus mayores joyas.
Hansi Flick, por su parte, se encuentra en medio de un auténtico pulso. El técnico alemán confía en Fermín y cree que su potencial es ilimitado, pero también ha mostrado paciencia con Olmo. Aun así, sabe que el vestuario necesita equilibrio y que el malestar del andaluz puede contagiarse al resto.
El Chelsea presiona y espera un desenlace rápido. Fermín ha sido contundente: o el Barça resuelve su situación con Olmo, o la salida al fútbol inglés será inevitable. Lo único claro es que el tiempo corre y el ultimátum ya está sobre la mesa.
