La pasada temporada quedará grabada en la memoria del barcelonismo como el año de la resurrección. Con Hansi Flick, el Barça ha firmado una temporada espectacular, en la que ha recuperado su identidad, su competitividad y, sobre todo, los títulos. El técnico alemán ha sido el gran artífice de este renacer, devolviendo la confianza a una plantilla que venía de años irregulares.
Así, el Barça ha ganado el triplete nacional: la Supercopa de España, la Copa del Rey y La Liga. Su estilo ofensivo, su disciplina táctica y su capacidad para motivar a los jugadores han sido claves para la transformación del equipo.
El renacer de Frenkie de Jong
Una de las grandes obras de Hansi Flick esta temporada ha sido recuperar el nivel de futbolistas que parecían estancados. Entre ellos, uno de los casos más emblemáticos es el de Frenkie de Jong. El neerlandés, que había sido cuestionado en años anteriores, ha encontrado en Flick a un entrenador que entiende su fútbol.
Este curso, ha sido titular indiscutible en el centro del campo, formando una sociedad brillante junto a Pedri. Con la confianza del entrenador y un esquema que favorece su despliegue físico y su visión de juego, Frenkie de Jong ha mostrado su mejor versión desde que llegó a Barcelona.
La urgencia por renovar su contrato
Sin embargo, existe preocupación con el contrato de Frenkie de Jong, que termina en junio de 2026. Eso significa que a partir del próximo verano solo le quedará un año de vinculación con el Barça. Y en el fútbol actual, dejar que un jugador entre en su último año sin renovar es un riesgo muy alto.
Por eso, la dirección deportiva tiene claro que este verano es clave para definir el futuro de Frenkie. La prioridad es renovarlo cuanto antes para evitar que se repita una situación como la de otros jugadores que acabaron saliendo libres. El club quiere blindarlo y asegurar su continuidad, consciente de que es una pieza clave del proyecto de Flick.
El problema con De Jong
El problema es que la renovación no está siendo sencilla. Aunque las conversaciones ya han comenzado, todavía no se ha llegado a un acuerdo, y el Barça empieza a impacientarse. El principal escollo son las exigencias económicas del jugador.
Desde el club no ocultan la preocupación. Se teme que la situación se alargue y se complique, poniendo en peligro la continuidad del mediocentro. Laporta y Deco insisten en que hay voluntad de renovarlo, pero advierten que el Barça tiene unos límites económicos que no piensa sobrepasar.