El tramo final de temporada no ha sido el mejor para Ronald Araujo. El central uruguayo, que durante mucho tiempo fue considerado uno de los pilares de la defensa del Barça, ha terminado el curso con malas actuaciones. Especialmente doloroso fue su rendimiento en las semifinales de la Champions frente al Inter de Milán, donde se le vio impreciso, lento en los duelos individuales y superado.

Los errores en momentos clave han empañado su temporada y han levantado preguntas sobre su futuro en el club. En partidos donde se pedía jerarquía y solidez, el uruguayo no ha respondido como se esperaba.
Podrían separar caminos
En este sentido, han crecido los rumores sobre una posible salida de Ronald Araujo en el próximo mercado. Según diversas fuentes, tanto el jugador como el club estarían valorando la posibilidad de separar sus caminos. El central tiene una cláusula de 65 millones, una cifra que varios clubes estarían dispuestos a pagar si el futbolista da el paso definitivo.
Además, Flick parece tener clara su zaga con Iñigo Martínez y Pau Cubarsí, que han sido los elegidos para ocupar la defensa. Araujo ha pasado de ser indiscutible a no figurar en el once inicial, un detalle que podría terminar de empujarle a buscar una salida que le devuelva minutos y confianza.
La no venta de Araujo hace que un deseo se escape
La posibilidad de que Araujo saliera del club no es nueva. En el pasado mercado de invierno, el central estuvo muy cerca de hacer las maletas. El Barça tuvo el interés de la Juventus, pero finalmente se optó por renovar su contrato.
Esa decisión, vista con perspectiva, podría haber sido un error. El hecho de no haberlo vendido en enero ha condicionado otras operaciones. Con Araujo aún en plantilla y su salario elevado dentro del límite salarial, el club no ha podido abordar fichajes que quería.
El jugador ficha por el Real Madrid
Uno de esos fichajes que el club tenía en el radar era Dean Huijsen, central del Bournemouth. El jugador neerlandés era visto como un jugador de futuro para formar defensa con Pau. Sin embargo, el retraso en liberar espacio y el elevado coste de la operación han hecho que otros clubes se adelanten.
El Real Madrid está a punto de cerrar su incorporación, dispuesto a pagar los 59 millones que figuran en su cláusula de rescisión. En el Barça ya dan por muy difícil su llegada. Una operación que podría haberse realizado meses atrás y que ahora, por falta de margen de maniobra, se convertirá en una oportunidad perdida.