Después de 13 temporadas en el Real Madrid, Luka Modric ha decidido cerrar su etapa como uno de los grandes símbolos del club blanco. El centrocampista croata se despide con un palmarés impresionante: 28 títulos en total, incluyendo 6 Champions, 4 Ligas y un Balón de Oro.
Modric no solo dejó huella en Madrid por lo que ganó, sino por cómo lo ganó. Su estilo sobrio pero efectivo, su capacidad para aparecer en los momentos clave y su compromiso con el escudo lo hicieron un ídolo indiscutible.
El desafío rossonero: nuevo capítulo en el Milan
El futuro inmediato de Modric pasa por la Serie A, ya que ha sido anunciado como nuevo jugador del AC Milan. El contrato es por una temporada, con la opción de ampliar si ambas partes lo consideran oportuno. La idea del mediocentro croata es mantenerse en la élite del fútbol europeo para llegar en las mejores condiciones posibles al Mundial de 2026.
El Milan, por su parte, se refuerza con experiencia, jerarquía y clase. La camiseta rossonera será testigo del último gran reto de un jugador que ha sabido reinventarse una y otra vez, y que ahora busca cerrar su carrera a lo grande.
El Barça apuesta por Lovro Chelfi
Mientras tanto, en Barcelona, el club azulgrana parece haber encontrado una joya con aires de sucesor. Se trata de Lovro Chelfi, un joven mediocampista croata de apenas 18 años que ha sido comparado por algunos medios con el propio Luka Modric. El Barça lo ha incorporado para su Juvenil A, en lo que podría ser una apuesta a largo plazo.
Chelfi es una de las grandes promesas del fútbol croata y ha destacado en torneos internacionales sub-18. Su perfil ha captado la atención de los ojeadores, que no han dudado en dar el paso antes de que lo hicieran otros grandes clubes. Aunque el camino hacia el primer equipo es largo, en el club confían en que su evolución sea meteórica si se adapta a La Masia.
Los números de la operación
El fichaje de Chelfi se cerró por una cantidad inicial de 300.000 euros, que cubren el 50% de los derechos del jugador. Es decir, el club azulgrana ha decidido compartir la propiedad con su anterior equipo, manteniendo la puerta abierta a un traspaso definitivo más adelante. La operación contempla además una serie de variables que, si se cumplen, podrían elevar el coste total hasta los 2 millones de euros.
Este tipo de movimientos se ha vuelto habitual en la política del Barça cuando se trata de jóvenes talentos con alto potencial. Con esta fórmula, minimizan el riesgo inicial y mantienen la opción de completar la propiedad si el futbolista demuestra el nivel esperado. Chelfi llega sin hacer ruido, pero con el sello de una comparación que no es menor: la de un tal Luka Modric.