La dirección deportiva del Barça sabe que tendrá que vender este verano, pero no a cualquier precio ni en cualquier circunstancia. Deco y compañía están analizando con lupa cada movimiento del mercado, especialmente con jugadores que podrían dejar una cantidad considerable en las arcas culés. Y uno de los nombres que más ha crecido en este escenario es el de Ferran Torres, cuyo valor ha vuelto a subir tras una temporada notable como atacante revulsivo.
Aunque no ha sido titular indiscutible, el ex del Manchester City ha sabido aprovechar sus oportunidades y demostrar que tiene nivel para competir en la élite del continente. Su versatilidad y capacidad goleadora han llamado la atención de varios clubes de la Premier League, y Joan Laporta está abierto a negociar. Eso sí, siempre y cuando se cumpla una condición clave impuesta por Hansi Flick y su comando técnico.
El Aston Villa aprieta, pero Flick no afloja
Con Unai Emery al mando, el Aston Villa ha intensificado su ofensiva para fichar a Ferran Torres. El club inglés ya ha llegado a los 50 millones de euros, una cifra que iguala lo que el Barça pagó por él en 2022. Esta vez, a diferencia del verano pasado, la oferta es seria y ha puesto al club catalán en una posición favorable para cerrar una operación que resulta rentable.
Ferran también ve con buenos ojos tener un rol protagónico en Birmingham, algo que no ha terminado de consolidar en el Camp Nou. Sin embargo, Flick ha sido muy claro con la directiva: no quiere perder a Ferran sin tener antes un recambio de garantías. Aunque no sea titular, su aporte desde el banquillo y su capacidad para adaptarse a distintas posiciones son valiosas para el alemán.
Varios nombres en la mira
Por eso, antes de dar luz verde a la operación, el club deberá asegurar una incorporación que mantenga la profundidad ofensiva de la plantilla. El Barça ya se está moviendo: en la lista de posibles sustitutos aparecen nombres de peso como Rafael Leão y Marcus Rashford. Deco y Laporta manejan distintos perfiles, pero la prioridad será encontrar un jugador con capacidad de impacto inmediato y buena proyección.
Aunque la venta de Ferran no estaba en los planes iniciales, podría convertirse en una de las operaciones sorpresa del verano. Los 50 millones representarían un alivio para el fair play financiero y permitirían una mayor maniobra para reforzar otras posiciones. El Barça, no obstante, no quiere improvisar: el objetivo es claro: vender solo si se puede cubrir bien la baja.