Jugadores de fútbol con uniformes negros y rojos se abrazan en el campo durante un partido en un estadio iluminado.

180 días después

A principios de agosto el Barça era un mar de dudas. 180 días después, el escenario actual lo hubiera firmado cualquiera

Echar la vista atrás siempre es positivo. Te ayuda a tener una visión más realista de tu presente, valorándolo en función de cuáles eran tus expectativas hace un tiempo. En clave barcelonista, este ejercicio resulta obligatorio, para poner en valor lo que está consiguiendo el conjunto de Hansi Flick. Sin una bola de cristal de por medio es imposible adivinar cómo acabará el curso, si el aficionado culé estará celebrando algo allá por el mes de mayo o si, por el contrario, le volverá a tocar la china, cerrando de nuevo un año de la manera más triste. Pero a día de hoy, con el mes de febrero ya inaugurado, muchos aficionados del FC Barcelona, por no decir todos, hubieran firmado a principios de agosto y con los ojos cerrados el escenario actual, ese en el que el conjunto azulgrana aspira a todo.

Rebobinemos pues. Justo antes de que el telón de la temporada 2024/25 se alzara, con un Valencia - Barça que no debía ser un arranque liguero ni mucho menos placentero, la cosa no pintaba demasiado bien para los de Flick. Kylian Mbappé había aterrizado en la capital, reforzando de manera clara al actual campeón de Liga y Champions. Nico Williams había dado calabazas a Laporta, priorizando seguir en el Athletic antes que recalar en las filas barcelonistas. Se logró el fichaje de Dani Olmo, pero el ex del RB Leipzig no iba a estar disponible para los primeros partidos oficiales. El Mónaco se llevaba el Gamper con un 0-3 que hizo temblar las piernas de cualquier aficionado azulgrana. Y por si esto fuera poco, el padre de Lamine Yamal era apuñalado en Rocafonda, algo que debía desestabilizar a la joven estrella del Barça. Ahí es nada.

Pero a veces, por suerte, cuanto peor pintan las cosas mejor salen después. Flick ha resultado ser un acierto mayúsculo, implantando en el equipo en tiempo récord un estilo de juego reconocible, vistoso y eficaz. Jugadores discutidos tiempo atrás están ofreciendo su mejor versión, con Robert Lewandowski y Raphinha a la cabeza. Los jóvenes lo son solo según su carnet de identidad, ya que los Cubarsí, Lamine, Casadó o Gavi muestran sobre el verde una veteranía inusual para su edad. E incluso la baja de Ter Stegen, que apuntaba a tragedia, no está siendo tan dolorosa como se auguraba.

En seis meses al Barça le ha dado tiempo de pasearse por Europa, de quedarse a tan solo un gol de acabar primero en el nuevo formato Champions, ganando a equipos como Bayern Múnich, Borussia Dortmund o Benfica. De golear hasta en dos ocasiones al Real Madrid, con un 0-4 y un 5-2 que han hecho las delicias del aficionado culé. De ganar una Supercopa a la que se llegaba con un ambiente en el vestuario más que enrarecido. De mantenerse vivo en Liga y Copa del Rey, donde vienen semanas que pueden marcar el destino de la temporada. Y de consolidar a un nuevo ídolo para el seguidor barcelonista, un Lamine Yamal que tiene a todo el panorama futbolístico internacional encandilado y con motivos de peso para ello. Echando la vista atrás la cosa no pintaba bien, pero 180 días después, por fortuna, el presente es otro muy distinto al que se temía.