Hansi Flick no ha necesitado demasiado tiempo para reconocer una evidencia que muchos pasaron por alto. El entrenador alemán ha heredado una plantilla con talento, pero también con raíces profundas. Y una de esas raíces tiene nombre propio: Lamine Yamal.
Su irrupción no fue casualidad ni golpe de suerte, sino fruto de una decisión valiente en un momento crítico. Xavi Hernández apostó por él cuando aún era un adolescente sin contrato profesional. Hoy, esa apuesta se ha convertido en una de las grandes joyas del fútbol europeo.
Flick ha querido ponerlo en valor en privado y también en sus primeras declaraciones oficiales. Considera que lo que encontró en el vestuario no solo fue talento, sino una base bien trabajada. Y no duda en señalar a su antecesor como el responsable de ese legado.
Xavi Hernández con el Barça | @FCBarcelona
El contexto era adverso
La etapa de Xavi estuvo marcada por tensiones, recortes y urgencias deportivas imposibles de gestionar con comodidad. Pero en lugar de acudir al mercado con prisas, apostó por mirar dentro de casa. Y ahí encontró más soluciones de las que muchos esperaban.
Fermín López, Pau Cubarsí o Héctor Fort no eran nombres populares hace apenas un año. Sin embargo, con minutos y confianza, demostraron que estaban preparados para competir al más alto nivel. Y todo comenzó gracias a la convicción de un entrenador que no dudó cuando todos callaban.
Xavi sabía que La Masía no podía quedarse en un eslogan. Quería devolverle su peso real dentro del proyecto deportivo. Y aunque su salida fue precipitada, los frutos de su trabajo continúan floreciendo en el primer equipo actual.
Fermín celebrando un gol | @FCBarcelona
La gran joya: Lamine Yamal
Entre todos los talentos emergentes, uno destaca por encima del resto con una madurez impropia de su edad. Lamine Yamal ha conquistado al vestuario, a la afición y también al nuevo cuerpo técnico. Flick no lo considera una promesa, sino una realidad consolidada.
La temporada pasada ya dejó actuaciones memorables en Liga y Champions, pero su techo sigue lejos de alcanzarse. Entrena como un veterano, compite con desparpajo y escucha cada consejo como si fuera oro. Tiene el perfil ideal para marcar una era en el FC Barcelona.
Y lo más importante: no ha perdido el hambre. En cada partido transmite la sensación de que todavía quiere más. Y Flick está encantado con esa actitud, que considera fundamental para aspirar a títulos.
Xavi Hernández y Lamine Yamal | @FCBarcelona
El técnico alemán lo tiene claro
“Este chico es especial, se nota en cada balón que toca”, habría comentado en conversaciones internas. Le ha dado libertad dentro del sistema y lo considera una de las tres piezas más intocables. Y no oculta su agradecimiento hacia quien tomó la decisión de hacerlo debutar.
La frase que repite con más frecuencia en el cuerpo técnico es simple: “Xavi acertó de pleno”. Yamal es presente y futuro, pero también símbolo de una forma de entender el club. Flick quiere construir su Barça sobre esa base, sin olvidar quién la colocó primero.
Además, el alemán se siente cómodo trabajando con perfiles jóvenes. Cree que su margen de mejora es mayor y su compromiso, más puro. Por eso, Lamine será uno de los líderes silenciosos del nuevo proyecto desde el primer día.
Xavi Hernández | @FCBarcelona
Xavi no está, pero su influencia sigue muy presente. No solo en la pizarra, sino en los rostros de quienes crecieron bajo su dirección. El paso del tiempo ha puesto las cosas en su sitio.
Lamine Yamal no solo es el gran acierto de Xavi… es su legado más brillante. Y Flick, que lo disfruta a diario, no ha dudado en levantar el teléfono y decirlo en voz alta. “Gracias por esto, Es el mejor.”
