El ambiente en el vestuario del FC Barcelona ha alcanzado un punto de tensión insostenible con uno de los integrantes del equipo. El partido frente al Athletic Club de Bilbao ha sido un detonante, revelando la fractura interna que algunos miembros del plantel han intentado mantener bajo control durante meses. Ahora, el mensaje parece claro: hay un jugador que no tiene cabida en el proyecto actual.
Según fuentes cercanas al club, tanto la plantilla como el cuerpo técnico consideran que su continuidad no aporta nada positivo al equipo. De hecho, se percibe como un lastre que compromete el rendimiento colectivo. Este malestar se ha intensificado en las últimas semanas, llevando a algunos a sugerir que lo mejor sería apartarse completamente de las convocatorias.
La situación no es sencilla para el FC Barcelona, a pesar de la evidente desconexión entre el jugador y el vestuario, todavía tiene dos años más de contrato. Esto complica su salida inmediata, ya que ningún club ha mostrado interés serio en asumir su ficha. La directiva azulgrana, consciente de la dificultad del caso, evalúa alternativas para manejar esta situación sin generar un conflicto mayor.
Un problema que trasciende lo deportivo
El distanciamiento del jugador no solo afecta al ámbito deportivo. En el club catalán hay preocupación por las implicaciones financieras de mantenerlo sin participación activa. El salario sigue representando un coste significativo, especialmente en un contexto en el que él Barça está luchando por equilibrar su Fair Play Financiero.
Además, la dura imagen del equipo podría verse dañada si esta situación se prolonga demasiado, los aficionados ya han comenzado a expresar su gran descontento en redes sociales. Algunos sectores de la prensa han señalado que mantener al jugador en esta posición solo incrementará la presión mediática sobre el club.
Flick quiere contar con él
En el centro de esta tormenta se encuentra el mediocampista neerlandés Frenkie de Jong, aunque no se trata de su rendimiento deportivo. La percepción dentro del vestuario es que su actitud no encaja con la filosofía del grupo. Algunos compañeros consideran que su enfoque individualista y ciertas declaraciones públicas han generado incomodidad en momentos clave de la temporada.
El FC Barcelona, por ahora, parece decidido a limitar al máximo su participación, sin embargo, la incertidumbre sobre su futuro sigue abierta. No se descarta que en el próximo mercado de fichajes pueda haber movimientos que permitan resolver este conflicto. Lo que está claro es que el club no puede permitirse más distracciones en su camino hacia los objetivos de la temporada.
Los azulgranas esperan que el jugador renueve o salga, y ponga fin a este problema que ahora también salpica al vestuario. Para Hans Dieter Flick es un tema a solventar cuanto antes para acabar de una vez con el mal rollo que tienen algunos con Frenkie.