El FC Barcelona vive una temporada de reconstrucción ilusionante. Hansi Flick ha conseguido consolidar una base joven, competitiva y con identidad. El equipo está en plena pelea por LaLiga, y aunque cayó en Champions, transmite una sensación de futuro, uno que, según muchos, está liderado por Lamine Yamal.
Desde Miami, Leo Messi sigue cada paso del club que marcó su vida. Aunque ahora disfruta de la MLS junto a Busquets, Alba y Suárez, su vínculo emocional con el Barça sigue intacto. Y en una conversación privada con su entorno, ha deslizado quién cree que debería asumir el liderazgo deportivo del nuevo ciclo azulgrana.

Messi no se deja llevar por la euforia
Lamine Yamal ha sido, sin duda, la gran irrupción del curso. Con apenas 17 años, se ha hecho un hueco en el once de Flick y ha sido decisivo en grandes noches. Muchos le ven como el nuevo Messi, pero el propio Leo no comparte esa visión.
No por falta de talento, sino por una cuestión de madurez y momentos. Messi cree que Yamal necesita crecer sin presión y rodeado de referentes que le liberen del foco mediático. Y, en su opinión, ese papel de líder ya tiene un nombre y apellidos.

Para Messi, el jugador que está llamado a ser el líder inmediato del Barça es Raphinha. El extremo brasileño ha ganado peso dentro y fuera del campo. Pese a un inicio irregular, ha respondido con goles, asistencias y actitud en los partidos grandes.
El argentino valora especialmente su compromiso, su forma de entender el juego colectivo y su carácter competitivo. En el vestuario, Raphinha es muy respetado. Y en el campo, cada vez asume más responsabilidades.

Un guiño desde Miami con mensaje directo
Messi ha comentado que el Barça necesita un líder que no solo marque diferencias con el balón, sino también en actitud. Alguien que contagie, que exija, que tire del carro. Y en su análisis, ese perfil lo encarna Raphinha mejor que nadie.
El extremo, que ha sido clave en varios tramos del curso, se encuentra en el mejor momento desde que llegó del Leeds. Ha mejorado en regularidad y también en toma de decisiones. Y ahora, con la bendición implícita de Messi, está ante una oportunidad única de asumir el rol de referencia.

Lamine Yamal seguirá creciendo, tiene magia, desequilibrio y potencial de Balón de Oro. Pero incluso Messi sabe que los grandes equipos se construyen desde el equilibrio. Y en el corto plazo, el Barça necesita líderes maduros.
Con Lewandowski en la recta final de su carrera y sin un gran referente en la delantera, Flick necesita jugadores que den un paso al frente. Y todo apunta a que Raphinha está preparado. El reto es enorme, pero también la oportunidad.

Messi no se olvida del Barça
Aunque ya no esté en el vestuario, el argentino sigue opinando, aconsejando y analizando. Su voz tiene peso. Y su elección de Raphinha como heredero emocional del liderazgo futbolístico es un mensaje claro.
La nueva era ya está en marcha. Y si Messi tiene razón, el futuro inmediato del Barça podría pasar por las botas de un brasileño que ha aprendido a base de trabajo. Ahora sólo falta que lo confirme en el campo.
