Los de Flick consiguieron una de las victorias más importantes de la temporada ante el Benfica en Lisboa con una remontada épica. Uno de los partidos más surrealistas de los últimos años permite a los azulgranas certificar la clasificación directa a los octavos de final de Champions. Raphinha quedó como uno de los protagonistas del encuentro llevándose el MVP y siendo uno de los héroes de la remontada culer.
Un Barça poco regular.
El encuentro dejó opiniones claras alrededor del equipo azulgrana, sobre todo con su capacidad de revertir una situación complicada. Con un 4-2 en contra, en competición europea y fuera de casa cualquiera podía pensar en los fantasmas del pasado que llevan años atormentando. Pero, con Flick la cosa ha cambiado, y la mentalidad de este equipo empieza a ser la de un equipo grande, con peros eso sí…

Si bien es un resultado que marcará un antes y un después, también es un síntoma de que el equipo no está siendo del todo regular dentro de los partidos. Una de cal y una de arena son la tónica de todo lo que llevamos en la temporada. En Liga se empezó bien, pero al aparecer otras competiciones el equipo azulgrana dejó de rendir como se esperaba, hasta el punto en el que en Champions las cosas van mejor.
Un problema que parece que Flick ya ha identificado y que ya ha expresado en rueda de prensa.

Y es que el técnico alemán parece ser consciente que ciertas faltas de concentración podrían ser un punto clave para ganar o no ganar partidos trascendentales en las diferentes competiciones. Desconexiones habituales y poca regularidad dentro de los 90 minutos son síntomas claros que algo falla. Algo que podría dejar al Barça sin los títulos importantes de la temporada.
El juego de Hansi Flick.
Los jugadores azulgranas han adoptado la idea de Flick a la perfección, entendiendo todo en tiempo récord, pero en el fútbol no todo es seguro, y ya se están viendo brechas.
Un sistema de juego arriesgado tanto en defensa como en ataque que requiere de un nivel de atención, intensidad y concentración constante solo a la altura de los mejores jugadores. Algo que es prácticamente imposible de conseguir en un equipo tan joven y con tanto por aprender.
Pero, a pesar de la juventud de la plantilla, los jugadores han conseguido adaptarse al juego del técnico alemán antes de lo esperado. Algo que demuestra la gran generación de jugadores de La Masía que están ayudando al Barça a salir de la crisis.

Jóvenes con un talento inmenso, pero, que también se equivocan, y en eso debe trabajar el staff técnico del club.
Si todos los jugadores de la plantilla consiguen estar al 100% en lo que queda de temporada, los de Flick podrán aspirar a todo jugando de manera brillante. De lo contrario, los títulos correrán peligro más pronto que tarde.