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Jugadores de fútbol celebrando en grupo en un estadio iluminado durante un partido nocturno.

Saber reponerse

El Barça de Flick ha sabido reponerse, por ahora, de todas las circunstancias adversas que ha encontrado en su camino

Estamos iniciando el mes de octubre, pero la temporada en clave culé ha dado ya para mucho. Visto lo visto hasta ahora, no creo que haya nadie que se atreva a hacer una lectura negativa del arranque de curso 2024/25, entre otras cosas porque las expectativas hacia el equipo no eran demasiado exigentes a principios de agosto y porque ahora mismo el Barça, líder en solitario de la Liga, es el equipo que mejor fútbol propone en España. 

Llegar al segundo parón por partidos internacionales en lo alto de la tabla no ha sido fácil. Quizás haya parecido sencillo, vista la soltura con la que se han desenvuelto los pupilos de Flick sobre el césped, pero lo cierto es que el camino ha estado plagado de baches a los que el equipo ha sabido sobreponerse. Además, en cualquier proyecto nuevo las adversidades son doblemente nocivas, ya que no se dispone todavía de una estructura suficientemente sólida como para afrontarlas sin riesgo de derrumbe. Pero en este caso el Barça ha sabido salir airoso de cuanto problema se le haya presentado.

Sin Nico, sin João

El culebrón del verano acabó con la imagen del FC Barcelona por los suelos. La llegada de Nico se daba por hecha. Y es que durante la Euro no parecía haber demasiadas dudas de que, una vez finalizado el torneo, Nico Williams aterrizaría en el Barça para dotar al equipo de una mayor verticalidad y un mayor desequilibrio en ataque. Pero a la hora de la verdad, el futbolista del Athletic sigue a día de hoy defendiendo la zamarra del conjunto vasco.

Ante la negativa del pequeño de los Williams a cambiar de aires, y tras la no continuidad de João Félix, el extremo zurdo quedaba completamente huérfano. Parecía imposible que con una banda poco operativa el conjunto azulgrana pudiera rendir como lo está haciendo, pero lo cierto es que, con unos Lamine Yamal y Robert Lewandowski en estado de gracia, no ha hecho falta tener un regateador nato en el costado zurdo para que el Barça se haya convertido en el equipo más goleador del campeonato. 

Un Gamper que generó dudas

Un mal partido amistoso justo antes del arranque de la competición oficial puede generar muchas dudas entre la afición y también entre los integrantes del propio equipo. Fue lo que sucedió en la pasada edición del Trofeo Joan Gamper, en la que el Barça cayó con estrépito ante un Mónaco que lo superó en todas las facetas. Es así, pocos días antes de debutar en Mestalla el seguidor azulgrana tenía más miedo que ilusión por la puesta de largo de su equipo. Pero el conjunto de Flick también supo reponerse a esa sensación de inseguridad.

No será recordado como el partido del año, pero los tres puntos en Valencia se consiguieron sacando el mono de trabajo. El cuadro barcelonista no era todavía la maquinaria perfectamente engrasada que demuestra ser ahora. No obstante, ese sufrido triunfo sirvió para cimentar una estructura de equipo que pasados cerca de dos meses parece mucho más sólida. 

Buen Barça tras la lesión de Dani Olmo

El conjunto de Hansi Flick anduvo algo gris en su juego hasta el debut de Dani Olmo. En la jornada 3, en una noche que se había complicado en Vallecas, la puesta en escena del ex del RB Leipzig resultó un rayo de luz en la oscuridad. Se le dio la vuelta a dicho encuentro para terminarlo ganando y posteriormente, frente a Valladolid y Girona, se realizaron dos auténticas exhibiciones futbolísticas. Como era normal, la lesión muscular del futbolista de Terrassa cayó como un jarro de agua fría en el aficionado culé, que con lógica preocupación veía peligrar el estado de gracia de su equipo. 

De nuevo el Barça supo reponerse a una situación adversa. Visitó Villarreal con un centro del campo de circunstancias y se llevó los tres puntos con goleada incluida. Y con una gran actuación del relevo de Olmo, un Pablo Torre que se reivindicó en el Estadio de La Cerámica con un gol y una asistencia.  

Perder para volver a ganar

En lo que llevamos de temporada el Barça ha mordido el polvo en dos ocasiones. Para mí ambas tienen una clara justificación. La primera se dio en Mónaco, en el debut en Champions, jugando más de 80 minutos en inferioridad numérica por la expulsión de Eric García. Y la segunda en Pamplona, con un equipo cargado de suplentes debido a la necesidad imperiosa de realizar rotaciones ante un calendario infernal. En ambos casos el conjunto de Flick supo levantarse sin titubeos, demostrando no haber acusado el golpe.

Tras la derrota europea se venció con solvencia en un campo complicado como el del Villarreal. Y tras el tropiezo en El Sadar se goleó al Young Boys en Montjuic, para más tarde superar al Alavés a domicilio mostrando una clara superioridad. Por ahora, el FC Barcelona ha demostrado que tras un mal partido es capaz de pasar página lo antes posible, volviendo a la senda del triunfo sin apenas tiempo para lamentarse. 

Todos hemos escuchado alguna vez aquello de ”la mayor gloria no es no caer nunca, sino levantarse siempre”. El Barça de Flick está todavía en construcción, pero podemos dar buena fe de que es un conjunto que cuando se cae, está preparado para levantarse en el siguiente encuentro. Y si algo ha quedado patente desde que el técnico alemán dirige al equipo, es que cuando llegan las adversidades sabe sobreponerse a ellas.