Con la salida de Ansu Fati al Mónaco, donde jugará cedido la próxima temporada, el Barça ya tiene decidido quién llevará el icónico dorsal 10. Será Lamine Yamal quien lo herede en los próximos días. La decisión ya está tomada y solo falta que se haga oficial.

La camiseta más emblemática del club, la que vistieron leyendas como Leo Messi, Ronaldinho o Rivaldo, pasará a manos de un chico que acaba de cumplir 18 años. Su protagonismo en la temporada pasada fue total, y ahora, con el 10, se espera que sea también el nuevo líder del ataque azulgrana.
El nuevo estandarte del Barça
No es casualidad que el Barça apueste con tanta firmeza por Lamine Yamal. Hace apenas unas semanas, el joven extremo renovó su contrato hasta 2031, blindado con una cláusula de mil millones de euros. Todo un mensaje al mundo del fútbol y una declaración de intenciones: el nuevo proyecto del club pasa por él.
Lamine será el estandarte de una nueva era, la pieza clave alrededor de la cual se construirá el ataque del equipo. Con su desborde, visión y capacidad para marcar la diferencia en cualquier jugada, se ha ganado el respeto del vestuario. Ahora, con contrato largo y el dorsal 10, tendrá también la responsabilidad de ser un referente dentro y fuera del campo.
Ronny llega para competir
Sin embargo, Lamine no estará solo. Según informa El Nacional, el club considera que este curso tendrá una competencia real en su posición: Ronny Bardghji, el reciente fichaje procedente del Copenhague. Aunque llegó sin hacer demasiado ruido, desde dentro del cuerpo técnico reconocen que sorprenderá.
Aún joven, pero ya ha mostrado señales en Europa de que puede ser una alternativa real durante la temporada, permitiendo dosificar a Lamine.
Su nivel apunta alto
Llegó por solo dos millones de euros, una cifra muy baja para los estándares del mercado actual, pero que puede convertirse en una auténtica ganga. Procedente del Copenhague, el extremo ha demostrado que tiene nivel para pelear un sitio en la primera plantilla.
Desde el club reconocen que es muy bueno. Tiene desborde, buena toma de decisiones en el último tercio y un físico que le permite ser constante durante los 90 minutos.