El mercado de fichajes del FC Barcelona parecía cerrado tras el anuncio de Joan Laporta en rueda de prensa. Con la incorporación de Marcus Rashford, cedido con opción de compra, no se esperaba ningún movimiento más. Pero este fichaje estrella ha tenido consecuencias inesperadas para otro objetivo que Deco tenía muy bien encaminado.
Durante semanas, la dirección deportiva del Barça trabajó discretamente para reforzar la banda izquierda del ataque. La idea era encontrar un perfil desequilibrante, rápido y con gol para formar un tándem letal con Lamine. Sin embargo, la operación se ha descartado tras la llegada de Rashford, que ocupará esa demarcación con galones.
La operación se cae por decisión técnica y económica
Desde el club se asegura que no se trataba de una cuestión de calidad o encaje futbolístico. El jugador estaba convencido de fichar por el Barça y ya había un preacuerdo con su entorno. Pero con Rashford ya en plantilla, todo cambió: no hay margen salarial ni espacio táctico para otro extremo puro.
La dirección deportiva valoró la posibilidad de insistir, pero los números y la planificación priorizaron otras necesidades. Hansi Flick también tuvo voz en la decisión final, apostando por dar confianza a jóvenes como Roony Bardghji. El club, por tanto, comunicó al entorno del jugador que no seguiría adelante con las negociaciones.
La decisión fue dura, sobre todo porque el jugador se había volcado con la idea de jugar en el Camp Nou. Su entorno asegura que rechazó ofertas de otros gigantes europeos esperando el ‘sí’ definitivo del Barça. Pero ese momento nunca llegó, y las alternativas comenzaron a activarse rápidamente.
Un gigante europeo se lleva al extremo deseado
El club que más rápido se movió fue uno de los gigantes de la Bundesliga, necesitado de reforzar su ataque. Tras la salida de varios nombres importantes y la lesión de una de sus estrellas, necesitaban dinamita por banda. Y ahí es donde apareció este futbolista, con experiencia, velocidad y desborde.
En apenas 72 horas se alcanzó un acuerdo con su club de origen por una cifra cercana a los 75 millones. El acuerdo contempla variables por rendimiento y títulos, además de un contrato largo con salario de estrella. El club comprador también ofrecía estabilidad, minutos asegurados y un rol protagonista desde el primer día.
Para el entorno del jugador, ha sido una solución brillante tras el portazo inesperado del Barça. Aunque había ilusión por vestir de blaugrana, consideran que el nuevo destino es incluso mejor a nivel competitivo. Su decisión ha sido tomada con madurez, y ahora espera demostrar que el error fue del Barça.
Una oportunidad que se esfuma para el Barça
Con esta operación cerrada, el Barça se queda sin una de las perlas más deseadas del mercado ofensivo. Desde dentro se reconoce que el jugador era ideal para el estilo culé y que había predisposición total. Pero el fichaje de Rashford lo ha cambiado todo, y ahora esa puerta se ha cerrado para siempre.
Además, la pérdida de esta oportunidad también podría condicionar futuras operaciones del Barça en ese mercado. Al tratarse de una operación frustrada con gran repercusión, otros talentos podrían mirar hacia destinos más seguros. Deco y su equipo deberán moverse rápido si no quieren perder más piezas clave este verano.
Finalmente, el jugador que tenía un pie y medio en el Barça y que ha terminado en el Bayern… es Luis Díaz. El colombiano firmará hasta 2029, cobrando 14 millones brutos por temporada. Una operación redonda para los alemanes… y un dolor de cabeza más para el Barça.