La planificación del Barça para la próxima temporada se ha centrado en perfiles muy concretos. Bajo el mando de Hansi Flick, y con Deco como arquitecto del mercado, se han priorizado los extremos y la portería. En ese marco, un talento español ha escapado entre las manos del conjunto azulgrana.
Durante meses, su nombre estuvo presente en los despachos del club catalán como una posible pieza para el centro del campo. Sin embargo, la aparición de Fermín López y la recuperación de Gavi desplazaron esa opción del radar culé. La apuesta por La Masía volvió a pesar más que la opción de acudir al mercado.
Un club español de primer nivel ha aprovechado esta indecisión para cerrar una incorporación de altísimo valor. El jugador, joven, talentoso y con experiencia en LaLiga, firmará por un grande tras despedirse ya de su equipo actual. Su fichaje se ha cerrado por una cifra cercana a los 45 millones de euros más variables.

Simeone lo quería, y ya lo tiene
El Atlético de Madrid ha sido el gran beneficiado de esta operación silenciosa. Diego Pablo Simeone llevaba semanas insistiendo en la necesidad de reforzar su medio campo con creatividad y llegada. La dirección deportiva rojiblanca ha respondido con rapidez, cerrando el trato en cuestión de días.
El futbolista ha brillado esta temporada en su club, acumulando más de treinta partidos y firmando grandes números. Su capacidad para combinar, desbordar y finalizar jugadas le han convertido en una referencia ofensiva en su equipo. A pesar de su juventud, ha mostrado madurez táctica y regularidad durante toda la campaña.
Los colchoneros consideran que su perfil encaja perfectamente en el nuevo esquema que Simeone está preparando. Quieren renovar el centro del campo y dotarlo de dinamismo, amplitud y llegada desde segunda línea. Esta operación encaja dentro de esa estrategia, pensando tanto en lo inmediato como en el largo plazo.

El Barça lo descartó a tiempo
Desde el Camp Nou hubo dudas sobre si lanzarse o no a por este futbolista en el mercado. Se consideraba una alternativa válida, pero no prioritaria, dado el crecimiento de Fermín y el regreso de Gavi. La dirección técnica acabó descartando la operación, convencida de que el centro del campo estaba suficientemente cubierto.
Flick tuvo la última palabra, y aunque reconoció las cualidades del jugador, prefirió otras opciones para reforzar el equipo. La inversión necesaria no parecía exagerada, pero Deco consideró que debía guardarse ese margen para otras incorporaciones. Por eso, la operación se fue enfriando poco a poco hasta desaparecer del todo.
Mientras tanto, el Atlético mantuvo el contacto con el entorno del futbolista y aceleró en cuanto recibió luz verde. Enrique Cerezo aprobó la operación y todo se ha cerrado con discreción y eficacia. El jugador ya ha recogido sus pertenencias y se despidió de sus compañeros, poniendo rumbo a Madrid.

Un fichaje que da un golpe de efecto
En el entorno del Atlético, esta operación ha sido recibida con entusiasmo por su proyección a futuro. El jugador es un habitual en las convocatorias de la selección española sub-21 y apunta alto. Su polivalencia le permite rendir en varias posiciones del centro del campo, incluso con perfil ofensivo.
El Villarreal ha perdido a una de sus grandes joyas, pero ha cerrado la operación con buena rentabilidad. El club necesitaba liquidez y entendía que el jugador quería dar un salto competitivo. Para el futbolista, este cambio supone una oportunidad de oro para consolidarse en la élite nacional e internacional.

Su nombre: Álex Baena. Uno de los jugadores más prometedores del fútbol español que soñaba con vestir de azulgrana. Pero el Barça no reaccionó a tiempo, y ahora reforzará a un rival directo en LaLiga con la camiseta rojiblanca.