Luis Enrique conoce perfectamente el ADN Barça. No solo fue futbolista culé, sino que además dejó huella como entrenador, levantando títulos y dominando Europa. Ahora, desde el banquillo del PSG, quiere hacer lo mismo… pero pescando en casa ajena.
El Barça atraviesa un gran momento deportivo. Con Hansi Flick al mando, el equipo ha recuperado la competitividad y vuelve a ilusionar a su afición. Pero los grandes clubes europeos no descansan y están listos para hacer temblar los cimientos de La Masía.
Una oferta fuera de mercado
Desde París han decidido apostar fuerte. El PSG está dispuesto a poner 100 millones de euros encima de la mesa para llevarse a uno de los futbolistas más valorados del proyecto actual. El interés de Luis Enrique es total y en Francia están convencidos de que puede ser un golpe estratégico.
La dirección deportiva del Barça ya ha sido informada del movimiento. Aunque en el Camp Nou no hay intención de vender, la presión económica siempre deja alguna puerta entreabierta. Más aún si hablamos de cifras tan altas, imposibles de ignorar en otros tiempos.
Se trata de un jugador formado en La Masía, con proyección internacional y que ya ha demostrado su valor en partidos importantes. Tiene velocidad, desborde, madurez y un estilo ideal para el juego moderno. Un perfil que en el mercado actual escasea y por eso es tan codiciado.
Luis Enrique lo ve como una pieza clave para revolucionar su defensa. Su idea es construir un equipo con más talento joven, sin perder nivel competitivo. Y esta joya del Barça encaja a la perfección en sus planes para la próxima temporada.
El jugador en el punto de mira es...
El objetivo no es otro que Alejandro Balde, uno de los laterales más prometedores de Europa. Con contrato en vigor y el respaldo absoluto del cuerpo técnico, Balde representa presente y futuro para el Barça. Su valor de mercado ha explotado… y el PSG está dispuesto a pagar la cifra que haga falta.
Desde la Ciudad Condal tienen clara su postura: no vender, salvo que el jugador pida salir. Pero de momento, Balde está feliz, comprometido y decidido a triunfar en el club de su vida. Ni los millones del PSG parecen hacerle dudar.
La oferta de 100 millones está sobre la mesa. Luis Enrique cree que aún puede convencerlo. Pero en el Barça ya lo han dejado claro: si no es él quien abre la puerta, nadie lo moverá del Camp Nou.