Fermín López está completando una temporada memorable con el FC Barcelona. Desde que debutó con el primer equipo, su progresión ha sido meteórica y su presencia en el campo cada vez más decisiva. Hansi Flick lo considera imprescindible para su nuevo Barça, y eso se nota en cada partido.
Pero más allá del Camp Nou, Fermín también ha dejado huella en la Selección Española. Su actuación en los Juegos Olímpicos de París fue extraordinaria, coronándose campeón y dejando una imagen imborrable. Junto a él, otro centrocampista brilló con luz propia y firmaron una conexión que prometía futuro.

Una pareja de oro
Aquella dupla se convirtió en el motor del centro del campo de la Roja olímpica. Entre ambos movieron el equipo, desequilibraron líneas y aportaron goles y asistencias decisivas. El entendimiento fue tan natural que parecía que llevaban años jugando juntos.
La ilusión no tardó en trasladarse a la esfera culé. En los despachos del Barça no pasó desapercibida aquella conexión, y los aficionados empezaron a soñar con verla de nuevo, pero esta vez en el Camp Nou. Incluso Fermín, en privado, reconocía que le encantaría volver a compartir vestuario con su socio.

Hansi Flick dio luz verde para estudiar su incorporación. La dirección deportiva, con Deco al frente, valoraba el fichaje por sus cualidades y proyección. Encajaba en el estilo del Barça y tenía química con una de sus estrellas emergentes.
Sin embargo, el contexto económico actual limitó las operaciones posibles. Con un centro del campo repleto de figuras como Gavi, Pedri, De Jong, y sin poder liberar masa salarial, la operación se volvió muy complicada. El jugador seguía en el radar, pero se fue alejando poco a poco.

El giro inesperado que lo cambia todo
Mientras en el Barça dudaban, otro club se movió rápido y sin titubeos. En silencio, convencieron al futbolista de que su futuro estaba en otro lado. Las negociaciones avanzaron rápido y, en pocos días, se alcanzó un principio de acuerdo.
El entrenador de su nuevo destino lleva semanas siguiéndolo. Cree que tiene el perfil perfecto para reforzar su plantilla y ser importante desde el primer día. Y además, no ha dudado en pedir a la directiva que asuman el coste de su cláusula.

El Barça no puede competir económicamente
El traspaso se ejecutará por 45 millones de euros. Una cifra considerable, pero perfectamente asumible para el nuevo club del jugador. Mientras tanto, el Barça queda fuera de la carrera por su fichaje, limitándose a observar desde la distancia.
La operación se descartó en las oficinas del Camp Nou. A pesar del deseo de Flick y Fermín, el club priorizó otras posiciones y descartó nuevas incorporaciones en la medular. Demasiado talento acumulado… y muy poco margen.

Sí, el futbolista en cuestión es Álex Baena, la gran joya del Villarreal y excompañero inseparable de Fermín en los Juegos Olímpicos. El centrocampista andaluz jugará la próxima temporada a las órdenes de Diego Simeone. El Atlético de Madrid ya ha comunicado su fichaje de forma interna y todo se hará oficial en los próximos días.
Baena llega a un club que le dará minutos, peso y rol protagonista en un sistema competitivo. Para Fermín, es un golpe sentimental, pero también una motivación más. Ambos seguirán creciendo, aunque ahora lo harán por caminos distintos.