Marc-André ter Stegen vive uno de los momentos más tensos desde que viste la camiseta del FC Barcelona. Su negativa a firmar un informe médico ha abierto una grieta entre el vestuario y la directiva. El caso ya no es solo deportivo, sino político y profundamente simbólico.
Todo comenzó con un documento que debía ser remitido a LaLiga para justificar su baja de larga duración. Esa firma permitiría liberar el 80 % de su ficha y facilitar la inscripción de Joan García. Pero Ter Stegen se negó, priorizando su derecho a la privacidad médica por encima de cualquier necesidad institucional.
El portero alemán considera que el club lo está utilizando como herramienta financiera sin su consentimiento explícito. Cree que no ha recibido el trato respetuoso que merece por sus años de compromiso y liderazgo. Esta decisión ha provocado un terremoto inesperado en la cúpula del club.
Laporta reacciona con dureza y desata una tormenta
Joan Laporta no tardó en reaccionar con medidas drásticas, abriendo un expediente disciplinario al futbolista. Considera que Ter Stegen está incumpliendo una obligación contractual que beneficia al equipo en su conjunto. El presidente ha decidido actuar por la vía legal sin espacio para el diálogo.
Desde el club defienden que la operación es similar a la realizada con Christensen la temporada pasada. En ese caso, la firma del danés permitió inscribir sin problemas a Dani Olmo, gracias a la validación de LaLiga. Laporta esperaba una respuesta similar por parte de Ter Stegen y se ha encontrado un muro inesperado.
Lo que nadie anticipaba era que la verdadera fractura se produciría dentro del vestuario. En los despachos daban por hecho que el grupo no se movilizaría a favor del portero alemán. Sin embargo, ha ocurrido justo lo contrario y el conflicto interno se ha hecho imposible de disimular.
El vestuario respalda a su capitán sin fisuras
En privado, Ter Stegen ha sentido el respaldo de sus compañeros desde el primer momento de la polémica. Incluso jugadores que habían tenido diferencias con él en el pasado han decidido cerrar filas con el capitán. La mayoría considera que abrirle un expediente ha sido una reacción exagerada e innecesaria.
Pero el respaldo no quedará solo en palabras o gestos entre bambalinas. En la próxima votación interna para designar a los capitanes de la temporada, Ter Stegen volverá a ser elegido. El vestuario quiere mandar un mensaje claro a la directiva: no están dispuestos a dejarlo solo en este momento.
Fuentes internas afirman que esta elección se ha convertido en una cuestión de principios para el grupo. No se trata solo de liderazgo deportivo, sino de defender la dignidad de un compañero ante una presión injusta. Ter Stegen, por tanto, saldrá reforzado de esta crisis a nivel simbólico y emocional.
Una ruptura cada vez más visible entre vestuario y directiva
Laporta no ha conseguido mantener el asunto en silencio, como pretendía en un primer momento. La decisión de abrir expediente ha trascendido al entorno y ha generado una oleada de críticas hacia el club. Muchos consideran que el conflicto debía haberse resuelto con empatía y discreción, no con castigos ejemplares.
Esta crisis médica ha destapado algo más profundo: el desgaste de la relación entre los jugadores y los dirigentes. La desconfianza se ha ido acumulando con el paso de los meses y ahora ha estallado de forma pública. El conflicto con Ter Stegen es solo la punta del iceberg en un vestuario que ya no calla.
Con la temporada a punto de comenzar, el Barça vive una tormenta institucional que amenaza con extenderse más allá. La autoridad de Laporta ha quedado tocada y el vestuario ha dejado claro que no permitirá más atropellos. En Can Barça, el incendio está encendido y de momento, no hay señales de que vaya a apagarse.