El FC Barcelona sigue recogiendo frutos de su apuesta por la cantera. El Juvenil A se proclamó campeón de la UEFA Youth League con una actuación destacada que ha sacudido la estructura interna del club.
Entre todos los jóvenes que participaron, hubo uno que se llevó todos los focos: fue determinante con dos goles y una asistencia en la final ante el Oporto. Su nombre aún no resuena a gran escala, pero dentro del club ya se le compara con la aparición meteórica de Lamine Yamal.
Un impacto inesperado
Su historia en el Barça comenzó con discreción. Incorporado a finales de 2024 desde el extranjero, su adaptación no fue sencilla. Llegó con cierta desventaja física, sin conocer el idioma y sin haber pasado por etapas previas de la cantera.
No obstante, desde el primer día se le valoró su actitud. El club decidió no apresurar su proceso y optó por que comenzara en el Juvenil A en lugar del filial.
Con el paso de las semanas, su progresión ha sido incuestionable. Ha mejorado en lo físico, se ha integrado perfectamente en el vestuario y ha ganado protagonismo en el esquema del equipo juvenil. Sus cifras hablan por sí solas: cinco goles y una asistencia en sus últimos cinco partidos, incluyendo una actuación decisiva en la gran final continental.
Un perfil muy especial
Aunque inicialmente se le identificó como un extremo por su velocidad y capacidad de desborde, los técnicos del club han apostado por reconvertirle en un interior moderno. Un rol que aprovecha su potencia, su zancada larga y su buena interpretación del juego sin balón. Lejos de ser un mediocentro posicional, es un centrocampista de llegada, con mucha incidencia en los metros finales.
Su impacto no se limita a los números. En la final, asumió responsabilidades en los momentos más exigentes del encuentro, dejando claro que tiene personalidad para competir al más alto nivel.
El jugador que ha despertado tantas expectativas es Ibrahim Diarra, centrocampista maliense de 18 años. Fichado tras destacar en categorías inferiores de su país, ha sido una de las grandes apuestas de la secretaría técnica en el último año. Su rendimiento en las últimas semanas ha despejado cualquier duda sobre su incorporación.
Diarra reside en La Masia y se ha adaptado rápidamente a la vida en Barcelona. Su evolución física y futbolística ha sido notable, y ya se perfila como uno de los grandes nombres del filial para la próxima temporada.
Flick toma nota
Hansi Flick, siempre atento a lo que ocurre en la base, ha seguido de cerca los informes sobre Diarra. Según fuentes del club, el técnico alemán quiere contar con él en la pretemporada del primer equipo este verano. El objetivo es evaluarlo personalmente y valorar si está preparado para competir, al menos de forma progresiva, con los mayores.
En un contexto donde el Barça prioriza el talento joven y la sostenibilidad, el crecimiento de jugadores como Diarra cobra aún más valor.
La aparición de Ibrahim Diarra refuerza el modelo del Barça. No se trata de un producto clásico de La Masia, pero su integración y desarrollo validan la política de captación e inversión en talento joven. Su irrupción, con un perfil diferente pero complementario al de figuras como Lamine Yamal o Cubarsí, amplía el abanico de soluciones para el primer equipo.
Si sigue creciendo como hasta ahora, su nombre no tardará en estar en boca de todos.