Dejémoslo claro desde un inicio; que el seguidor culé pueda ser optimista de cara al futuro no significa que la conquista de algún título a final de temporada sea factible. Con la situación actual que vive el FC Barcelona se trata de ir paso a paso, de no fijarse metas a largo plazo y de analizar día a día cuál es la progresión del nuevo proyecto capitaneado por Hansi Flick. Y es que tras el bajón generalizado que provocó en la afición la derrota en el Gamper, el arranque liguero en Valencia generaba cierta angustia, pero a la hora de la verdad el Barça supo sacar adelante el partido sumando los tres primeros puntos del campeonato.
No fue un partido para enmarcar, ni mucho menos, de hecho lo lógico hubiera sido que al final de los primeros 45 minutos el resultado reflejara un 2 a 0 favorable al cuadro valencianista. Pero a veces el destino es caprichoso, y podéis llamarle azar, o suerte, o simplemente dar gracias a que Pau Cubarsí estaba en el lugar indicado en el momento adecuado, pero la cuestión es que el hipotético segundo tanto local dio paso al empate justo antes del descanso. El Barça fue de menos a más, le vio las orejas al lobo y supo reaccionar, y eso, teniendo en cuenta que sobre el césped había un puñado de jugadores jóvenes e inexpertos, tiene más mérito todavía. En el segundo tiempo, ya en ventaja en el marcador, el equipo se dedicó a matar el partido, teniendo incluso opciones de anotar algún tanto más, y sin pasar excesivos apuros atrás en el tramo final, lo cual es de reseñar.
En Mestalla se puso la primera piedra del proyecto Flick, vimos muchas cosas a mejorar, pero también otras tantas que dan al aficionado del Barça motivos para ser optimista. Y eso, teniendo en cuenta los tiempos que corren, no es moco de pavo. Analicemos lo visto en Valencia y por qué el seguidor barcelonista puede permitirse el lujo de pensar en positivo de cara al futuro.
El músculo de Flick
La llegada de Hansi Flick al banquillo azulgrana podía generar dudas en cuanto al juego con balón del equipo. Pero lo que era evidente es que este Barça iba a ser un conjunto más físico que el de Xavi. Y así está siendo. El pasado sábado vimos a un cuadro azulgrana muy bien trabajado en cuanto a músculo se refiere, capaz de llegar más entero que el rival al tramo final del choque, donde más solía padecer en el pasado. El Valencia apenas importunó a Ter Stegen en la última media hora de partido, teniendo que dedicarse desfondado a ir tras un balón que era monopolizado de manera ágil e inteligente por los culés.
La carta de presentación del Barça de Flick ha sido buena. Se ha mostrado la misma intención de siempre por disponer de la posesión del esférico, bajando el ritmo del partido cuando este así lo requería e imprimiendo más intensidad cuando el rival mostraba signos de fatiga. Tener gasolina durante los 90 minutos era algo que apenas recordaban los aficionados del FC Barcelona, puede que este año sea algo habitual.
Lewandowski arranca enchufado
Robert Lewandowski tendrá seguidores y detractores a partes iguales, pero al fin y al cabo todos ellos son conscientes de que el polaco es un jugador con un enorme olfato goleador. Llevar el gol en la sangre es eso, realizar una pretemporada deficiente, generando dudas y acumulando críticas, para aparecer en el primer partido oficial y darle los tres puntos a tu equipo con un doblete. No fue el mejor encuentro de “Lewi”, tampoco hace falta que sus actuaciones sean memorables, simplemente se trata de que haga lo que mejor sabe hacer y para lo que se le contrató; marcar goles.
Como más genere el Barça arriba mejores números tendrá el delantero polaco. Si el Barça no llega a los metros finales con peligro, Lewandowski será un mero espectador más, pero si los Lamine, Dani Olmo, Pedri y compañía saben generarle ocasiones al ex del Bayern Munich, todos sabemos de lo que es capaz. De momento, su inicio de temporada es cuando menos esperanzador, a falta de participar en el juego del equipo de manera fluida, lo que ha quedado claro es que su pólvora no está ni mucho menos mojada y que, como comentábamos aquí mismo la semana pasada, este puede ser el año de “Lewi”.
Casadó y Bernal cierran el debate del mediocentro
Las palabras “Barça” y “mediocentro” van de la mano desde el mismo instante en que Sergio Busquets abandonó la disciplina del club azulgrana. No existe recambio para el de Badía porque no existe recambio para la excelencia. Se intentó con Oriol Romeu, y posteriormente con diferentes jugadores de la primera plantilla actuando en dicha posición, pero cualquier comparación con “Busi” fue, es y será odiosa. En Mestalla, los elegidos para intentar responder a la pregunta de si es necesario fichar a un jugador de renombre que pueda actuar por delante de la defensa fueron Marc Casadó y Marc Bernal. Y su carta de presentación fue buena.
En algunas fases del encuentro ambos formaron pareja en el doble pivote. En otras, Casadó se adelantó para mostrar una de sus mejores armas; la llegada a portería contraria desde segunda línea. En general tanto uno como otro firmaron un buen encuentro, algo que teniendo en cuenta su precocidad y su falta de experiencia en este tipo de escenarios aporta un gran valor a sus respectivas actuaciones. ¿Tiene el Barça en ellos a su nuevo Sergio Busquets? No, ni mucho menos. Pero serán dos futbolistas que marcarán una época en el centro del campo azulgrana, y sino al tiempo.
Esto acaba de empezar. De los visto en los primeros encuentros de la temporada no puede extraerse un exhaustivo análisis, ya que la mitad de la casa está todavía por construir. Pero a falta de pulir muchas cosas, el conjunto de Flick nos ha dejado algunos detalles que pueden invitar al optimismo. A una afición tocada en lo anímico puede venirle muy bien el pensamiento positivo, los tres puntos cosechados en Mestalla y algunos de los factores que ayudaron a conquistarlos son sin duda motivo para ello.