El mercado estival ofrecía la oportunidad perfecta para desprenderse de un jugador de gran peso en la plantilla. Sin embargo, una decisión inesperada desde París ha cerrado de golpe una puerta que parecía la más viable. El resultado deja al club azulgrana con un problema deportivo y económico que no estaba en los planes.
En la planificación inicial, todo apuntaba a que este verano sería el momento ideal para un cambio. Joan Laporta y Deco veían posible liberar una de las fichas más altas del vestuario. Con el visto bueno del cuerpo técnico, las negociaciones empezaron a moverse con cautela pero de manera firme.
Deco | FC Barcelona
Un interés que parecía definitivo
Desde Francia llegaban señales claras: el PSG buscaba reforzar su plantilla con experiencia y jerarquía contrastada. Luis Enrique, con la confianza que le otorga haber ganado la última Champions, tenía libertad para decidir incorporaciones. Entre los perfiles valorados, uno en particular encajaba perfectamente con sus exigencias.
Durante varias semanas, los contactos fueron constantes y las filtraciones a la prensa daban por hecho el acuerdo. El jugador veía con buenos ojos el cambio, considerando que en el Barça había perdido protagonismo. En París, en cambio, tendría minutos asegurados y un rol central en el proyecto.
El club catalán esperaba cerrar la operación rápido para disponer de margen económico en el mercado. La salida de este futbolista permitiría reforzar varias posiciones prioritarias que Hansi Flick había solicitado. Incluso se barajaban nombres para ocupar su lugar y garantizar una transición sin sobresaltos.
Luis Enrique | @PSG_espanol
Giro inesperado desde París
Sin embargo, el panorama cambió drásticamente cuando el PSG aceleró la llegada de una joven promesa para esa posición. Luis Enrique, convencido de su potencial, dejó de considerar necesario cerrar la incorporación que estaba en negociación. El interés inicial se enfrió hasta desaparecer por completo.
Para el Barça fue un golpe inesperado, ya que contaban con ese traspaso para cuadrar cuentas. El jugador, que había imaginado un nuevo reto lejos del Camp Nou, se encontró sin alternativa. El resto de posibles pretendientes no igualaban las condiciones que ofrecía el conjunto parisino.
En el vestuario azulgrana, la situación ha generado un ambiente extraño. Compañeros y cuerpo técnico saben que el futbolista ya había aceptado mentalmente su salida. Ahora deberá convivir con una realidad distinta, sabiendo que su protagonismo no será como antes.
Luis Enrique | @LUISENRIQUE21
Un reto para Flick y la directiva
Hansi Flick tendrá que gestionar un vestuario en el que la motivación de este jugador puede verse comprometida. La competencia en su puesto es fuerte y la apuesta del entrenador pasa por perfiles más jóvenes. Recuperar el compromiso total será clave para evitar tensiones internas que perjudiquen al grupo.
En el plano económico, el problema no es menor. El futbolista en cuestión percibe una de las fichas más altas del equipo. Mantenerlo sin un papel protagonista supone un gasto difícil de justificar en el contexto actual del club.
Laporta y Deco, conscientes de que no habrá traspaso este verano, ya piensan en buscar una salida en enero. El plan sería encontrar un destino atractivo donde pueda recuperar sensaciones y mantener su valor de mercado. Mientras tanto, seguirá vinculado contractualmente al Barça.
Ter Stegen | @FCBarcelona
Este episodio es un ejemplo de cómo el fútbol cambia radicalmente en cuestión de días. Lo que parecía una solución perfecta para todas las partes se ha transformado en un problema añadido para el club. Los aficionados, que ya daban por hecha la marcha, ahora observan con sorpresa el desenlace.
Luis Enrique ha cerrado la puerta definitivamente, dejando claro que no lo quiere para su nuevo proyecto. El Barça, por su parte, tendrá que asumir que Marc-André ter Stegen seguirá vistiendo de azulgrana… aunque no estuviera en los planes.