Dos jugadores de fútbol del FC Barcelona celebran en el campo con un saludo de manos, vistiendo el uniforme del equipo.

Levantarse y aplaudir

Pase lo que pase en Liga y Champions el culé debe tener clara su reacción; levantarse y aplaudir a su equipo

Descanso en Pucela. Ante un equipo defenestrado como el Valladolid, ya descendido a segunda desde hacía más de una semana, el Barça caía sorprendentemente por 1 a 0. La primera mitad de los de Flick, que había presentado un once plagado de futbolistas poco habituales para dar descanso a los titulares, no había sido buena. Y ello fue motivo suficiente para que en X, antiguo Twitter, un sector del barcelonismo pusiera a caer de un burro a jugadores y cuerpo técnico ante el dramatismo de la situación. Si se mantenía el resultado y el Barça se dejaba los tres puntos cerca del Pisuerga, ante un rival que solo había ganado cuatro partidos en toda la Liga, el Real Madrid podía volver a depender de sí mismo antes del Clásico liguero. De modo que los fantasmas de la parte de la afición más insegura volvían a aflorar.

Por suerte, la cosa terminó bien. No sin sufrimiento, pero el FC Barcelona logró darle la vuelta al partido en la segunda mitad. El triunfo sufrido en campo del colista no deja de ser la evidencia de que el equipo está en reserva y de que ya no hay partido sencillo. La maratón en la que se ha convertido la temporada 2024/25 está llegando a su fin, los de Flick marchan primeros y ya pueden empezar a vislumbrar la meta en el horizonte, pero los calambres y la extenuación han empezado a hacer acto de presencia. Con la del sábado, son ya cuatro las remontadas en los últimos cinco partidos. Para ganar al Celta, para superar al Real Madrid en la final de Copa, para sobrevivir ante el Inter y para vencer en Valladolid. Signo inequívoco de que al Barça no le da para mantener la misma intensidad a lo largo de los 90 minutos.

Un jugador de fútbol con el uniforme del Barcelona controla el balón en el campo mientras un oponente del equipo contrario se acerca, con una multitud de espectadores en las gradas al fondo.
Partido del Barça frente al Valladolid | @FCBarcelona

El aficionado culé puede ir asimilando que lo que queda de curso va a ser así. Puede irse olvidando de las goleadas que infligía su equipo meses atrás. De las victorias plácidas y abultadas. Hace ya semanas que la batalla se ha trasladado al barro, donde toca arremangarse y ensuciarse. O lo que sería lo mismo, sufrir y no querer mirar la pantalla del televisor ante un final de partido ajustado e incierto. Si no está dispuesto a ello, para seguir dando apoyo moral a los suyos, puede hacerse a un lado e incluso cambiar de canal. Leer un libro o salir con su pareja al cine. Cualquier cosa que le haga abstenerse de dejar comentarios negativos en una red social, algo que, tras el temporadón que se está marcando su equipo, no hace más que evidenciar que una buena parte de la afición azulgrana sigue siendo negativista e insegura.

En los próximos choques frente a Inter y Real Madrid hay en juego dos títulos. La Champions no puede ganarse el martes, pero sí perderse. Y la Liga puede dejarse sentenciada el próximo domingo, pero también se puede complicar y mucho en función de cuál sea el resultado en el Clásico. Hasta ahora, en los momentos cruciales de la temporada, en la moneda al aire que es muchas veces esto del deporte, siempre ha salido cara. Pero, ¿Y si ahora sale cruz? El seguidor barcelonista tiene que tener muy clara cuál debe ser su reacción si las cosas no salen como espera. Hace ahora 9 meses el Barça no entraba en las quinielas como favorito a ningún título, pero ha conquistado Supercopa y Copa del Rey y opta también a los dos trofeos más importantes. De modo que, sea cual sea el desenlace en ambos casos, levantarse y aplaudir debe ser una reacción obligatoria.