Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, no ha dejado lugar a dudas. El jugador que salió del club en medio de la polémica, tras años de apoyo por parte de la directiva y la afición, tiene las puertas completamente cerradas. Ni su talento ni su posible disponibilidad a coste cero cambian la postura firme del mandatario.
El Barça mira hacia adelante
Bajo la dirección de Hansi Flick, el club ha encontrado una nueva identidad. El proyecto actual se basa en el talento joven y comprometido. Lamine Yamal se ha consolidado como una de las mayores promesas del fútbol mundial, mientras que Raphinha ha recuperado su mejor nivel y lidera el ataque con goles y asistencias decisivas.
Ferran Torres, a pesar de los altibajos, se ha mostrado como una pieza versátil en el esquema de Flick. A esto se suman otras jóvenes promesas que están listas para dar el salto al primer equipo.
Una salida que dejó heridas
La marcha de Ousmane Dembélé al PSG fue mucho más que un simple traspaso. Para el Barça, su salida representó una traición. Durante su estancia en el club, el extremo francés estuvo rodeado de dudas sobre su compromiso, desde los constantes retrasos en los entrenamientos hasta su irregular rendimiento en el campo.
A pesar de ello, el Barça siempre confió en él. Laporta le respaldó en sus peores momentos, sobre todo durante las largas recuperaciones tras sus lesiones. Sin embargo, cuando parecía que estaba listo para devolver esa confianza, Dembélé optó por aceptar la oferta del PSG.
El colmo llegó cuando, tras su salida, celebró con euforia los goles anotados contra el Barça en competiciones europeas. Ese gesto selló su destino y lo colocó como una figura "non grata" en el Camp Nou.
En este contexto, la posible vuelta de Dembélé no tiene cabida. Joan Laporta y Deco han dejado claro que el club no retrocederá en sus valores ni en su planificación. La apuesta del Barça es construir un equipo sólido a largo plazo, con jugadores que representen el ADN culé tanto dentro como fuera del campo.
Aceptar el regreso de Dembélé sería un paso atrás. Su etapa en el club terminó, y no dejó el impacto positivo que se esperaba de él tras su costosa llegada desde el Borussia Dortmund.
Ataque en plena forma
El Barça no necesita mirar al pasado para reforzar su plantilla. El ataque actual está en plena forma. Además de Yamal y Raphinha, el club cuenta con alternativas como Ferran Torres y otros jugadores de La Masía que están listos para aportar.
El sistema ofensivo de Flick se ha consolidado en los últimos meses, mostrando un equipo equilibrado y competitivo en todas las competiciones.
La decisión de Laporta va más allá de lo deportivo, para el presidente, es una cuestión de principios. La relación rota entre Dembélé y el Barça no tiene reparación posible. Ni el PSG ni el propio jugador han mostrado gestos que puedan cambiar la situación.
Además, la gestión económica del club obliga a ser cautelosos. Invertir recursos en un jugador cuya etapa anterior estuvo marcada por la inconsistencia sería un error que Laporta no está dispuesto a cometer.
El Barça avanza sin distracciones
Mientras Dembélé enfrenta sus propios retos en el PSG, el Barça sigue avanzando en su proyecto. Laporta, Deco y Flick están construyendo un equipo basado en el compromiso y los valores que siempre han definido al club.
El pasado no volverá al Camp Nou, y la figura de Dembélé queda como un recuerdo de lo que pudo ser y no fue. Ahora, el Barça se enfoca en su futuro, con una plantilla que promete devolver al equipo a lo más alto del fútbol europeo.
El mensaje de Laporta es claro: el Barça no necesita traidores, necesita jugadores comprometidos con su historia y su visión.