El FC Barcelona vuelve a ser noticia, pero esta vez no por sus resultados deportivos ni por sus movimientos en el mercado de fichajes. La polémica se ha desatado en el vestuario tras conocerse los detalles del nuevo contrato de Lamine Yamal. El joven extremo, considerado por muchos como el mejor talento surgido de La Masía en la última década, ha firmado una mejora salarial.
Jugadores con peso como Frenkie de Jong han mostrado su malestar. Ambos entienden el potencial de Lamine Yamal, pero no comparten la decisión de otorgarle un salario tan elevado a un futbolista que apenas ha cumplido los 18 años. En el vestuario hay cierto malestar, que varios consideran que se están rompiendo jerarquías importantes dentro del grupo.

La situación ha obligado a Joan Laporta a intervenir de forma tajante. El presidente del Barça ha dejado claro que no habrá marcha atrás en el nuevo estatus de Lamine Yamal. El joven extremo catalán no es solo el futuro del club azulgrana, sino también su presente, y en ese sentido, considera que merece cobrar como la gran estrella que ya es.
El Barça apoya a Lamine
En el Barça entienden que se trata de un movimiento estratégico. Lamine Yamal ha despertado el interés de varios gigantes europeos y asegurar su continuidad pasaba por blindarlo también a nivel económico. El club ha apostado fuerte por él y no está dispuesto a perderlo bajo ningún concepto.
Laporta ha sido contundente con los pesos pesados del vestuario: “El que no esté de acuerdo, tiene la puerta abierta”. Un mensaje directo, sin matices, que demuestra hasta qué punto están dispuestos a proteger al joven de Rocafonda. Su dorsal número 10, su gran protagonismo en el campo y su enorme impacto comercial lo convierten en una figura clave en el proyecto deportivo y económico del club barcelonista.
Flick pone paz
Flick, por su parte, intenta calmar los ánimos, El técnico alemán valora el talento de Lamine y lo ve como pieza indispensable en el equipo. Sin embargo, también entiende que gestionar un vestuario con tantas personalidades no es sencillo, sobre todo cuando el dinero entra en juego. La armonía grupal está en entredicho y el míster trabaja para evitar que el conflicto escale.
De momento, Lamine Yamal guarda silencio, el jugador está centrado en la pretemporada y evita entrar en polémicas. Lamine sabe que es el centro de todas las miradas, pero quiere que se hable de él por su rendimiento en el campo y no por cifras salariales. Su entorno, no obstante, respalda la decisión del club y considera justo que se valore su papel como líder del nuevo Barça.
La realidad es clara: el Barcelona ha decidido apostar por su joya, Lamine es la cara visible del futuro culé y Laporta no está dispuesto a permitir problemas. El vestuario deberá adaptarse a esta nueva realidad, con un adolescente como eje del proyecto. El tiempo dirá si la apuesta resulta exitosa o si las tensiones internas terminan por pasar factura.