Lionel Messi sigue marcando la pauta dentro y fuera del terreno de juego. A pesar de su actual contrato con el Inter de Miami, que finaliza en 2026, el astro argentino se plantea un retorno emocional y simbólico al FC Barcelona. La intención es clara: retirarse con la camiseta azulgrana, en el club donde alcanzó la cima del fútbol mundial y escribió las páginas más doradas de su carrera.
Desde la directiva culé, Joan Laporta no ha ocultado su deseo de volver a ver a Messi sobre el césped del Camp Nou. De hecho, una de sus grandes ilusiones para su nuevo mandato es reinaugurar el estadio con la imagen del '10' como emblema. El presidente entiende que una despedida sin retorno sería incompleta y está dispuesto a hacer todo lo posible para facilitar este último baile en casa.
Aunque no será una operación sencilla desde el punto de vista deportivo ni institucional, las conversaciones internas ya han comenzado a tomar forma. Laporta sabe que la afición del Barça todavía tiene grabado el nombre de Messi en el corazón. Una última temporada en el club sería la culminación perfecta de una historia legendaria.
El nuevo 10 del Barça
El principal obstáculo sería el dorsal del argentino, actualmente, el número 10 lo porta Lamine Yamal, la gran joya de la cantera y uno de los pilares del futuro proyecto deportivo. Sin embargo, lejos de generar un conflicto, Messi estaría dispuesto a ceder y volver a vestir el número 19, con el que brilló en sus primeras campañas en el primer equipo. Un gesto que habla de su humildad y del fuerte vínculo emocional que mantiene con el club catalán.
Esta hipotética vuelta podría desencadenar movimientos de mercado, Según fuentes próximas al entorno blaugrana, la llegada de Messi facilita el fichaje de Julián Álvarez. Para el delantero del Atlético de Madrid, la posibilidad de compartir vestuario con su ídolo en el Camp Nou podría cambiar por completo su decisión final sobre su futuro deportivo.
Un golpe para cambiar la suerte
Julián Alvarez vería con muy buenos ojos recalar en un Barça renovado, que volvería a tener al mejor jugador de su historia como estandarte. Su fichaje no solo potenciaría el ataque de los culés, sino que también serviría como puente entre el legado de Messi y la nueva generación de talentos argentinos. Y todo, en un contexto que invita a soñar con un cierre de ciclo tan mágico como simbólico.
En lo institucional, la vuelta de Leo Messi supondría un fuerte impulso mediático sin precedentes. La re-inauguración del Camp Nou, el nuevo estadio de Les Corts con el astro rosarino sobre el césped de Barcelona sería una maniobra perfecta para consolidar el nuevo proyecto de Laporta. A nivel de marketing, ingresos y proyección internacional, la imagen del argentino sigue siendo un imán único.
De concretarse, este regreso marcaría un antes y un después en la historia reciente del club, el Barça recupera no solo a su máximo ídolo. Incluso a una figura capaz de elevar el nivel competitivo del equipo, incluso en sus últimos años de carrera en un Camp Nou que está deseoso de verle.