Lionel Messi atraviesa la etapa final de su carrera y lo hace con la serenidad de quien lo ha dado todo. En el Inter de Miami, el argentino ha encontrado un nuevo hogar, lejos de la presión europea. Su influencia en el equipo es total, tanto dentro como fuera del campo.
Con 36 años, sigue demostrando que su talento sigue intacto, incluso en un entorno menos competitivo. En cada partido de la MLS deja destellos de la magia que marcó una era en Europa. La conexión con la afición estadounidense ha sido inmediata, algo que él valora profundamente.
Aun así, su contrato con el club estadounidense finaliza al término de esta temporada. Y con ello, comienza a tomar forma una pregunta inevitable: ¿se acerca el final definitivo? Messi lo sabe, y por primera vez ha hablado sin filtros sobre lo que siente.
La selección, su último gran compromiso
Pese a la distancia con el fútbol europeo, Messi sigue siendo el alma de la selección argentina. En la Albiceleste conserva su rol como líder y referente tras conquistar el Mundial de Qatar. Aporta experiencia, carácter y ese toque diferencial que ningún otro jugador del equipo posee.
Para él, defender la camiseta de Argentina sigue siendo un honor sagrado, como lo fue desde el primer día. A medida que se aproxima el Mundial de 2026, su figura se vuelve aún más simbólica. Esa cita internacional podría ser su último gran baile antes de decir adiós.
En una entrevista reciente, Lionel fue sincero con respecto al paso del tiempo. “Soy consciente de que estos pueden ser mis últimos partidos y los estoy disfrutando al máximo”, confesó. Sus palabras, serenas pero directas, han resonado con fuerza entre aficionados y medios.
El regreso al Barça, una ilusión cada vez más lejana
Durante mucho tiempo, el sueño de ver a Messi regresar al FC Barcelona mantuvo viva la esperanza de miles de culés. Fue su casa durante dos décadas, el lugar donde escribió la historia más brillante del club. Sin embargo, el propio jugador ha puesto los pies en la tierra con respecto a esa posibilidad.
Aunque reconoce el cariño por la afición azulgrana, también entiende que el tiempo y las circunstancias han cambiado. El Barça sigue adelante con un proyecto nuevo, mientras él ha comenzado un camino diferente al otro lado del océano. La opción del regreso parece más una historia romántica que un objetivo realista.
Messi no guarda rencor ni reclama nada, solo asume la realidad con humildad. Agradecido con lo vivido en Cataluña, hoy mira hacia adelante sin aferrarse al pasado. Sabe que todo tiene un ciclo y que el suyo en el Camp Nou probablemente ya se cerró.
El final se acerca, pero sin tristeza
El astro argentino afronta esta última etapa con una mezcla de nostalgia, gratitud y una calma envidiable. A estas alturas de su carrera, ya no tiene nada que demostrar ni títulos por conquistar. Ha tocado la gloria con todos los colores: Barça, Argentina y, ahora, en una nueva faceta en Miami.
Quizá no vista nuevamente la camiseta azulgrana, ni levante más trofeos en el fútbol europeo. Tal vez su despedida definitiva llegue bajo los focos de la MLS o en un último torneo con su selección. Pero donde sea que diga adiós, lo hará con la frente en alto.
Su leyenda ya está escrita, más allá del club, del país o del estadio. Lo que representa Messi trasciende camisetas: es entrega, talento puro y amor por el juego. Aunque no regrese al Camp Nou, siempre será uno de los suyos.
