El Barça no atraviesa su mejor momento. En liga tan solo ha cosechado 5 puntos de los últimos 15 posibles, lo cual supone un descenso de nivel importante respecto a las semanas en que las goleadas eran el pan de cada día. No se trata únicamente de una crisis de resultados, también lo es en cuanto a sensaciones, ya que el conjunto de Flick no ha merecido ganar ninguno de los partidos en los que ha pinchado. Se pueden buscar culpables, y probablemente los encontraríamos, pero se trata más de un tema colectivo que individual.
Donde no han aparecido las dudas es en la portería. Sabemos que Iñaki Peña tiene un nivel inferior al de Ter Stegen, motivo por el cual, cuando ambos están en plena forma, es el alemán quien se lleva la titularidad. De modo que del alicantino se espera que mantenga el tipo, que no cometa errores de bulto y que ayude a que la ausencia del teutón sea lo menos dolorosa posible. Pero a la hora de la verdad el ex del Galatasaray está teniendo actuaciones destacadas. Insisto, no transmite la misma seguridad bajo palos que Marc André, pero no se puede negar que Iñaki no es uno de los motivos por los que el Barça se ha dejado 10 puntos en las últimas jornadas.
Cuando Ter Stegen se lesionó en el Estadio de La Cerámica, más de uno dio la temporada por perdida ante la diferencia de nivel que en teoría existía entre el guardameta titular y el suplente del conjunto azulgrana, exigiendo sí o sí el fichaje de un portero de primer nivel. Pero lo cierto es que Peña ha tenido actuaciones destacadas como la del Santiago Bernabéu, o como la del Benito Villamarín este pasado fin de semana, salvando un uno contra uno ante Abde y sacando una mano antológica tras un remate del Chimy Ávila. Sin un Iñaki entonado el Barça hubiera caído en Sevilla con total seguridad.
Saquemos pues la foto de Iñaki Peña de la rueda de sospechosos. El Barça no está bien, pero su problema por ahora no parece estar en la portería. La defensa ha dejado de transmitir la seguridad de partidos atrás, en el centro del campo ya no se mueve el balón con la velocidad necesaria y arriba no se presiona con la misma intensidad que hace unas semanas. Si buscan culpables en el mal momento que atraviesa el equipo de Flick, Iñaki es inocente.