El calendario hace subida. Nos acercamos al mes de abril y el Barça, contra todo pronóstico, sigue vivo en las tres competiciones. En los meses de noviembre y diciembre pudo parecer que el conjunto de Flick se desinflaba, y que la temporada se le podía hacer incluso larga, pero una vez rehecho de ese bache mantiene sus opciones intactas en Liga, Champions y Copa del Rey. No obstante, el técnico alemán necesitará a todos sus efectivos para hacer frente a lo que se avecina; un mínimo de 9 partidos en 28 días que suponen un desafío físico para una plantilla corta.
La línea que más desgaste ha padecido ha sido con diferencia la ofensiva. Tan bien ha cuajado el tridente culé formado por Raphinha, Lewandowski y Lamime Yamal que apenas han tenido descanso a lo largo del curso. Llegados a este punto, es imposible que los tres lo jueguen todo en las próximas semanas, por lo que el nombre de Ferrán Torres cobra especial importancia en el ataque barcelonista. Y es que ni Pau Víctor ni Ansu Fati están en disposición de oxigenar a los titulares, puesto que el salto cualitativo entre unos y otros es demasiado alto, por lo que será el Foios quien permita a Flick repartir minutos arriba.

Ya el próximo jueves ante Osasuna, será muy probable encontrar al ex del Manchester City en el once inicial. Raphinha llegará finalmente a tiempo para ser convocado, pero pocas horas después de haber aterrizado en Barcelona y tras un vuelo transoceánico, es altamente improbable que el brasileño esté en condiciones de ser titular. Así que el duelo ante el conjunto rojillo puede ser el primero en el que Ferrán Torres deje de actuar a modo de revulsivo saliendo desde el banquillo. A partir de ahí, en los siguientes compromisos, el ex valencianista podrá dar descanso también a Robert Lewandowski como delantero centro. Y, en caso de que Flick lo crea necesario, su versatilidad para jugar en banda derecha servirá también para repartir minutos con Lamine.
Los registros del de Foios no dejan lugar a dudas. No puede optar a discutirle la titularidad a ninguna pieza del tridente culé, sin embargo, los 13 goles anotados esta temporada lo afianzan como el tercer máximo goleador de la plantilla y como un jugador importante en el ataque barcelonista. Los ocho tantos conseguidos saliendo desde el banquillo lo convierten en todo un revulsivo para Flick, que suele echar mano del extremo valenciano cuando las cosas no acaban de funcionar sobre el césped. Tampoco se le ha resistido ninguna competición, los goles marcados, por ejemplo, en el Metropolitano en Liga, en el Signal Iduna Park de Dortmund en Champions o en Mestalla en Copa dan buena fe de ello.
Así pues, dos meses por delante para conocer el desenlace de la temporada 2024/25. El Barça se ha ganado el derecho a soñar en grande, a que entre la afición se escuche de nuevo la palabra triplete, aunque ganando un solo título ya se mejoraría un curso anterior cerrado en blanco. No hay duda de que el poder ofensivo de este equipo es su factor desequilibrante, siendo el conjunto más goleador de las grandes ligas europeas. Pero a los Lamine, Lewy y Raphinha les vendrá muy bien un recambio de garantías ante un calendario plagado de partidos vitales, y ese cuarto hombre debe ser Ferrán Torres. La hora del tiburón ha llegado.