El Barça está muy cerca de cerrar la incorporación de Joan García. El club considera que esta operación representa una oportunidad de mercado excelente y ya está preparado para abonar la cláusula de rescisión del jugador, de solo 25 millones. Esta cantidad, relativamente baja para el mercado actual, ha convencido a la dirección deportiva de que es el momento perfecto para asegurar el relevo generacional en la portería.
A sus 24 años, Joan ha demostrado ser un guardameta con proyección, solvencia y carácter. Su fichaje se enmarca en una política clara del club, que se basa en apostar por talento joven, con margen de crecimiento. En los próximos días, el movimiento debería hacerse oficial.
El Barça ya piensa en la siguiente prioridad
Una vez se cierre el fichaje de Joan García, el siguiente objetivo del Barça será dar salida a varios jugadores para reducir la masa salarial. El club necesita liberar espacio financiero para poder acometer nuevos refuerzos en este mercado.
En este sentido, Ansu Fati y Pau Víctor son dos de los nombres que apuntan con más claridad a abandonar la plantilla. Ambos tienen mercado y, además, no forman parte de los planes prioritarios del cuerpo técnico. Estas salidas ayudarán, pero no serán suficientes.
El Barça necesita más
El club es consciente de que para tener verdadero margen de maniobra necesitará desprenderse también de jugadores con salarios más elevados. La situación económica exige decisiones difíciles, incluso con jugadores que han rendido bien.
Uno de los nombres que ha ganado fuerza en este contexto es el de Andreas Christensen. El central danés ha cumplido con creces desde su llegada al club, pero su ficha elevada y el interés que despierta en otras ligas lo convierten en un candidato ideal. La directiva ya valora distintas opciones y ofertas que podrían llegar por él este verano.
Christensen, una posible venta
Christensen llegó al Barça en 2022 como agente libre, lo que significa que cualquier ingreso que se obtenga por su venta supondría un beneficio neto para las arcas del club. Además, su contrato acaba en 2026, por lo que este verano podría ser el momento ideal para cerrar una operación antes de que entre en su último año de vínculo.

La idea en los despachos del Camp Nou es que si llega una oferta adecuada, Christensen podría ser traspasado. El club prioriza el equilibrio económico, y operaciones como esta encajan con esa lógica.