Hace apenas unos meses, la continuidad de un futbolista fundamental para el Barça generaba más dudas que certezas. No se trataba de su rendimiento, siempre notable, sino de las tentaciones que podían llegar desde el extranjero. A sus 26 años, se ha consolidado como un pilar defensivo, capaz de rendir en varias posiciones.
La temporada pasada disputó más de medio centenar de encuentros oficiales, firmando goles y asistencias inesperadas para su posición. Su impacto en el juego ha sido tan evidente que Hansi Flick lo considera imprescindible en su proyecto. El club trabaja ya en ampliar su contrato hasta 2031, mejorando el actual que vence en 2027.
En los despachos lo ven como un líder de presente y de futuro, con jerarquía y experiencia en la élite. Su lectura del juego, agresividad defensiva y capacidad para iniciar la salida de balón son incuestionables. Por todo ello, su nombre es uno de los primeros en la lista de intocables de la dirección deportiva.

Un jugador valorado dentro y fuera del campo
Más allá de sus cualidades técnicas, destaca su compromiso, profesionalidad y adaptabilidad táctica. Estas virtudes le han granjeado el respeto del cuerpo técnico y del vestuario. Es considerado un ejemplo para los más jóvenes, que lo ven como referencia.
En la entidad no se plantean su salida y trabajan para reforzar su sentimiento de pertenencia. El futbolista, por su parte, ha mostrado su felicidad en Barcelona en repetidas ocasiones. Siente que está en el lugar ideal para seguir creciendo y compitiendo al más alto nivel.
Pese a este escenario, han vuelto a aparecer rumores desde Inglaterra que amenazan con cambiarlo todo. Un grande de Europa ha puesto sus ojos en él, dispuesto a hacer un esfuerzo extraordinario por su fichaje.

La ofensiva de Pep Guardiola
Según distintas informaciones, ya han ha establecido contactos iniciales con su entorno. No se ha formulado una oferta oficial, pero sí un sondeo claro para conocer su disponibilidad. La intención es firme: incorporarlo de inmediato para reforzar la defensa.
La operación cuenta con el aval personal de su entrenador, que lo considera ideal para su sistema de juego. Este técnico valora su polivalencia y fiabilidad en partidos de alta exigencia. Incluso estaría dispuesto a superar los 80 millones de euros para asegurarse su incorporación.
En el Camp Nou, sin embargo, la postura ha sido contundente desde el primer momento. El club lo declara intransferible y rechaza cualquier tipo de negociación. Para Flick, su salida supondría un golpe deportivo inasumible en plena construcción del proyecto.

Un compromiso firme con el Barça
El futbolista no ha mostrado señales de querer marcharse. Se siente identificado con el proyecto y respaldado por el cuerpo técnico. Además, valora la estabilidad personal y deportiva que ha encontrado en Barcelona, donde se ha asentado plenamente.
El club considera que su figura es estratégica dentro y fuera del campo. Su influencia en el vestuario y su rol como líder silencioso son irremplazables. Por eso, la renovación incluirá una mejora salarial y una cláusula más alta.
Mientras tanto, el interés inglés no se disipa y podría intensificarse en las próximas semanas. La Premier sigue atenta, convencida de que su fichaje sería un salto de calidad inmediato.

En el entorno azulgrana, la identidad del club interesado ha causado impacto. Se trata del Manchester City, con Pep Guardiola liderando la ofensiva. El técnico catalán ha pedido personalmente a la dirección deportiva que haga todo lo posible por convencerlo.
Pese a la insistencia, tanto el Barça como el jugador han cerrado la puerta. La respuesta es clara: seguirá vistiendo de azulgrana. Al menos esta temporada, Jules Koundé seguirá siendo uno de los pilares de la defensa de Flick.