El FC Barcelona ya ha concretado su primera venta antes de la apertura oficial del mercado. El club necesitaba aligerar masa salarial y resolver la situación de un jugador que no contaba para Hansi Flick. Ahora, tras semanas de conversaciones discretas, hay acuerdo total con el Atlético de Madrid.
La operación se ha cerrado por una cantidad inferior a los 10 millones de euros. Aunque la cifra no impresiona, permite al Barça ganar oxígeno financiero. Además, libera una ficha que no estaba teniendo protagonismo en el Camp Nou.
Ambos clubes llevaban tiempo en contacto. Y la insistencia de Simeone ha terminado por decantar la balanza a favor del traspaso.

El perfil ideal para reforzar al Atlético
El técnico argentino llevaba meses pidiendo al futbolista. Lo conoce bien, valora su disciplina táctica y lo considera una pieza útil para su sistema defensivo. Su rendimiento en esta temporada, aunque sin estridencias, ha sido muy sólido.
Ha disputado más de 2.400 minutos en lo que va de curso, aportando experiencia y regularidad. Incluso logró marcar y asistir en momentos importantes. Para Simeone, se ha ganado el derecho a seguir.
El jugador también ha visto con buenos ojos esta continuidad. Se siente cómodo en el vestuario y ha encontrado confianza en el cuerpo técnico.

Desde el primer día, Flick dejó clara su intención de construir una nueva línea defensiva. Aunque valoraba la actitud del jugador, no lo consideraba esencial en su proyecto. El club entendió que mantenerlo suponía un coste innecesario.
La dirección deportiva ya buscaba una salida desde el pasado verano. En enero hubo opciones que no cuajaron. Pero con el Atlético, todo ha fluido con naturalidad.
El acuerdo entre las partes se cerrará antes del final de temporada. Y será uno de los primeros movimientos oficiales del Barça este verano.

Un historial reciente con tensión incluida
El futbolista en cuestión ha protagonizado momentos incómodos para la afición culé. En el último enfrentamiento de Copa del Rey entre Barça y Atlético, estuvo muy cerca de generar una lesión grave. En un cruce a destiempo, casi deja fuera de combate a Lamine Yamal.
La jugada causó revuelo en redes y despertó cierto malestar dentro del vestuario blaugrana. No fue sancionado con dureza, pero la acción dejó huella. Fue uno de esos episodios que, sin ser decisivos, marcan percepciones internas.
Desde entonces, su relación con parte del entorno culé ha estado marcada por cierta frialdad.

La venta permitirá al Barça liberar más de 10 millones brutos en salario entre este año y el siguiente. Ese margen será clave para cerrar otras incorporaciones que sí entran en los planes de Flick. El área deportiva ya tiene sobre la mesa varias opciones para sustituir su ficha.
Además, el club evita un nuevo episodio de cesión. La situación ya se había prolongado más de lo deseado. Esta vez, la salida será definitiva.
Laporta ha priorizado cerrar la operación antes del verano. Y la buena voluntad del Atlético ha facilitado que todo se resuelva sin conflicto.

Dice adiós de forma definitiva
El jugador traspasado es Clément Lenglet. Tras una cesión eficaz en el Atlético, el club colchonero se queda con el central francés en propiedad por unos 6 millones de euros. El Barça pone fin así a un ciclo marcado por la irregularidad y el exceso de salario.
Simeone se asegura una pieza de confianza. El Barça, por su parte, libera espacio y recursos para reconfigurar su defensa. Y Lenglet, después de estar en tierra de nadie, encuentra al fin su sitio.

Laporta ya ha dado el visto bueno. El primer movimiento del verano está hecho.